Un fatídico mes de octubre de 1980
Lic. Renán Alcides Orellana,Periodista ,Docente Universitario y Columnista de El Norteño News
Mi pueblo natal. Villa El Rosario, al norte de Morazán, fue parte de los escenarios más fuertes de la guerra (1980-1992), en la Zona Oriental. Los soldados hicieron matanza de civiles dentro del esquema “Tierra arrasada”. Muchas poblaciones fueron destruidas y abandonadas, mientras los habitantes huían sin rumbo.
Eran las escapadas en masa, conocidas como “guindas” en el caló popular. Mientras mujeres, ancianos y niños huían por los montes, los comandantes guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) permitieron que se alistaran con ellos muchos jóvenes y adultos, entre mujeres y hombres, de las distintas vecindades. No había alternativa.
La tarde del 7 de octubre de 1980, precisamente en la víspera de las festividades patronales en honor a la Virgen del Rosario, el ejército se tomó la población con escandaloso despliegue de hombres y armamento. La invasión militar puso en peligro la vida de miles de rosarinos, ante la amenaza de una masacre que, de haberse consumado, hubiera sido de mayores proporciones que la que se daría en El Mozote un año después, en diciembre de 1981.
Y así, asediada y en peligro, la población de Villa El Rosario vivió largos y tenebrosos momentos durante aquellas invasiones del ejército salvadoreño, en el marco de sus operaciones de “tierra arrasada”.
Una población con trayectoria de unidad no acepta fácilmente el divisionismo entre sus miembros. Ni aún en medio de rivalidades. Villa El Rosario, a pesar de la guerra y las posiciones encontradas, era eso. Una unidad granítica, y hasta familiar. En su tiempo, mis padres contribuyeron y fueron parte de aquella unidad. Por eso, en el marco general del conflicto armado, las vidas que arrebató la muerte guerrera fueron un solo dolor, sin importar el bando de militancia de cada quien.
Fueron los mártires de la guerra en Villa El Rosario. Desde luego, los muertos de la lucha popular son un dolor colectivo, porque fueron muertes de la rebeldía y la resistencia de un pueblo, y no del poder dominante.
Conocí a la mayoría de ellos, les aprecié y me apreciaron. Indistintamente de fechas y el lado en que estuvieron -igual si eran de residencia urbana o rural- estos son sus nombres, que quedan para el recuerdo:
Tony Urbina, Cristóbal Castillo, Omar Chica, René Alfonso Velásquez y sus dos hijos Lázaro y René; Israel Chica, Vladimir Argueta Orellana, Clemente Castillo, Emelia Claros y sus tres hijos Alfonso, Neftalí y José Santos; Marcial y Esther Vesta Díaz y su hijo Marcial; los hijos de José María Velásquez (Los Pericas), Abraham Amaya, Julio Amaya, Harmodio Amaya, Noé Álvarez, Rodolfo Claros, Ernesto (Neco) Amaya, y muchos otros, hasta formar más de un centenar de vidas no menos valiosas, de omisión involuntaria, todas de fraterna y patriótica recordación.
Como todas las víctimas del conflicto armado (años 1970-1992), la memoria de los mártires rosarinos y sus sobrevivientes, demandan justicia, mientras el pueblo entero les recuerda por su patriótica vida y su heroica muerte.
(RAO)
Fotos:
1. Vista aérea de Villa El Rosario, cuyos entornos se cubrieron de la sangre heroica de hijos suyos, durante el conflicto armado (años 1970-1992). (Tomada de internet, L. Claros).
2. Escena de una acción militar, durante la operación “Tierra arrasada”, del ejército salvadoreño.
3. Escena de una huida familiar hacia los montes -conocida como “guinda”- de la población salvadoreña, en busca de protección ante las invasiones del ejército.
4. Santuario de los Mártires rosarinos, en el Templo Parroquial de Villa El Rosario. Un esfuerzo fraterno del grupo de Memoria Histórica, integrado por Evelyn Romero y otros rosarinos. Foto principal, Monseñor Romero (ahora San Romero); a su izquierda Tony Urbina y el resto de símbolos cristianos que recuerdan a los caídos durante la guerra.
5. Templo parroquial de Villa El Rosario, que en determinado momento de octubre 1980, fue albergue oportuno para miles de rosarinos y de lugares vecinos, durante la guerra años 1970-1992.