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“Mamá Solita”

Licda. Verónica España Columnista de El Norteño News

“Mamá Solita”: precisamente ese es el nombre de una película, de las primeras que fui a ver al cine, en la década de los 80´s cuando yo estaba en mi tierna infancia. No la recuerdo totalmente, pero es imposible de olvidar que el protagonista era Pedrito Fernández, que en esa época era un niño; y la trama se resumía en que su padre se había ido a Estados Unidos y los había dejado solos (a él y a su mamá). El chico emprendió el viaje al país del norte de forma ilegal, pasando muchos peligros y aventuras y al final pudo reunir a sus padres.

Un lindo desenlace, que en la realidad no suele suceder así. Ya sea que los papás viajen a Estados Unidos o no, y sin importar el estrato social o el estado civil, a diario se suman más mujeres a la situación de quedarse solas con sus hijos.

Y aunque sé que se desbordan en amor, el esfuerzo en todo sentido es doble. Sé que también existen muchos casos de que los padres son los que permanecen solos y hacen un excelente trabajo con sus retoños; pero es innegable que es más común que las mujeres son las que se tienen que poner al frente de su hogar.

Aunque la sociedad ya no es la de antes, siempre existen personas o grupos que no ven con buenos ojos a las mujeres que no tienen pareja y que son el todo para sus hijos. Nadie está exento de vivir una realidad así, y recordemos que el ser humano se engrandece cuando se solidariza, cuando se pone en los zapatos de los demás y evita juzgar, porque el señalar también es un tipo de violencia.

Solo pensemos, que aparte de los miedos que en algún momento pudiera llegar a tener la “mamá solita” por la gran responsabilidad que no puede delegar, posiblemente también se quedó con el corazón roto, cuando, quien le prometió amor (el padre de su hijos) se fue. No se tiene en la mano una varita mágica para dar solución a los problemas de los demás, pero un abrazo sincero o una sonrisa franca, reconfortan un corazón lastimado.

Lo mejor de la naturaleza humana también se pone de manifiesto en amistades o familiares que apoyan a las “mamis solitas”, al realizar algún acto de bondad hacia sus hijos o cuidándolos en situaciones determinadas, por ejemplo, cuando los niños están pequeños y las mamis tienen que salir a trabajar. Estoy segura que estos generosos seres humanos, que ayudan desinteresadamente, son vistos con misericordia ante los ojos de Dios.

También he escuchado testimonios de mujeres que, aunque no tienen pareja, sienten que la “carga” de criar y educar a sus hijos es compartida, pues el caminar de la mano de Dios es el mejor cimiento que les fortalece y les guía.

Con respecto a las interrogantes que pueden surgir por parte de los pequeños, sobre donde está papá o porque no vive con ellos, considero que lo mejor es la sinceridad y decir la verdad con tacto; no permitiendo que en el corazoncito de los niños se albergue el enojo o el rencor hacia nadie. A veces, esta tarea pudiera resultar difícil, y en este sentido hay profesionales o guías espirituales que orientan en esta labor.

Para las mamás solitas que están a mí alrededor y para las que no conozco, solo quiero decirles que les tengo mucho respeto y admiración, porque sin importar lo duro de la caída sacaron fuerzas para levantarse con la frente en alto, y lograron el impulso para sacar adelante a sus niños. Y es que sin duda, los hijos son el mejor motor de amor y de valentía.

De verdad, que la película “Mamá Solita” se empequeñece con todo lo que tienen que vivir y superar las admirables mamis de la vida real. Ellas están escribiendo el exitoso guion de sus vidas, donde el esfuerzo y el amor dictan cada una de sus escenas. Y hay tantas frases dedicadas a ellas, pero mi favorita es: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10).

Licda. Verónica España Columnista de El Norteño News