¡Dejemos las pesadas cargas como parte del 2019!
“Tiempo de amor y paz”: diciembre se encuentra en plenitud con toda su alegría, luces, música y el noble llamado a hacer obras de caridad, como una forma de honrar el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que sin duda es el más hermoso acontecimiento que nos da el verdadero significado a esta época.
Es realmente admirable que bondadosos salvadoreños visiten, para estas fechas, hogares de niños abandonados, asilos y hospitales, con el fiel propósito de llevar un poco de alegría y reconfortar de cierta manera a las personas albergadas en esos sitios. Para mí, quienes realizan tales obras con inmenso amor, sin buscarlo ya se ganaron el Cielo.
Pero me pregunto ¿por qué no somos buenos, también con nosotros mismos? ¿Por qué no nos tomamos la linda tarea de cuidarnos, mimarnos y amarnos?
Escuché una vez a un profesional de la psicología decir que nosotros mismos debemos ser nuestros mejores amigos. Y por ejemplo, las mujeres a sus mejores amigas no les recuerdan cosas dolorosas del pasado, las tratan con cariño, las ayudan a superar “baches” emocionales y no les señalan defectos. Al contrario, les halagan sus virtudes y si les hacen algún señalamiento sobre cierto proceder no es para destruirlas, sino, para edificarlas.
Entonces, considero que sería un buen ejercicio de amor propio, mirarnos al espejo y comprometernos a querernos, a empezar a despojarnos del dolor y de la culpa, que son obstáculos que no nos permiten avanzar y crecer como seres humanos.
Más allá de apresurarnos a cumplir nuestros propósitos que quizá hasta escribimos cuando inició este 2019, y entre la lista estaban el ahorrar dinero o hacer más ejercicio, que son situaciones altamente positivas; diseñemos en nuestra alma una manera de querernos, de mimarnos, de dejar de culparnos por los errores y solo sacar de ellos las lecciones.
Sé que todos hemos conocido en carne propia el sufrimiento, la pérdida de seres queridos, ya sea porque fallecen o porque salen de nuestras vidas. Todos estamos expuestos a duros golpes que recibimos de forma inesperada e injusta, a desilusiones, a desencuentros.
Una buena práctica para animarnos es volver nuestros ojos a excelentes ejemplos de personas que salieron adelante autoayudándose; y se me viene a la mente lo que hizo una de mis grandes amigas ante un suceso muy doloroso. Ella practica el deporte del Esgrima y en esa época de tristeza no solo ganó batallas de campeonatos internacionales esforzándose más, también venció la pena por una gran desilusión, brindando ayuda a un sector necesitado.
Esta valiente chica encontró una luz colaborando de forma independiente en asociaciones que recogen animalitos de la calle, y hoy está en coordinaciones para fundar un albergue de este tipo. Claro que hubo tristeza y preocupación en su vida por un duro golpe que recibió, pero sustituyó la preocupación por la ocupación; y esta loable labor y el tiempo hicieron un trabajo perfecto para reconstruir su corazón.
Sé que también hay depresiones que necesitan medicación y hay profesionales de la salud y psicología que orientan para salir de alguna situación de este tipo, aquí también destaco la participación de buenas amistades para dar acompañamiento en este tratamiento. Y es que rodearnos de buenas personas, de sinceras amistades es esencial para sentirnos reconfortados; y es que como leí hace poco: “lo que la gente necesita no es una mente brillante que hable, sino un corazón especial que escuche”.
No puedo dejar de mencionar lo maravilloso y milagroso que es tener una vida espiritual para sanar heridas. Las situaciones adversas o injusticias que se nos presentan en la vida, las podemos vencer al recordar y hacer nuestro un párrafo Bíblico: “Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará”, Salmo 55: 22.
Independientemente de nuestra religión, la Fe en Dios, en un Ser Superior, nos sostiene y es un fuerte componente para darnos paz. Y es que dejar las cargas, que de cierta manera nos hundieron en este 2019, es esencial para poder brillar en el año venidero.
Además, despojémonos de la ansiedad por lo que sucederá el día de mañana, por lo que nos traerá este 2020. Solo construyamos un presente donde nos amemos mucho antes de amar a los demás y así el futuro, sin duda, será prometedor.
¡Que siga diciembre con estos constantes destellos de luces que lo caracteriza! Y tal cual los bonitos árboles navideños que son decorados de forma muy vistosa, así procuremos que nuestras almas estén llenas y adornadas por sinceras dosis de paz, perdón y amor propio.