“Ministerio de Educación adoctrinando… Ministerio de Cultura celebrando”.

(ENNews)Latinoamérica está adoctrinando las nuevas generaciones para reconocer y abrazar la conducta y estilos de vida LGBT como algo sano y normal. Bajo la consigna de respeto, justicia, libertad y tolerancia se aprueba lo enfermizo. ¿Acaso un médico por respeto, para no ofender a su paciente, le celebrará su enfermedad?.

Leía a mediados del 2019 que, dentro del eje estratégico del Ministerio de Educación de El Salvador, está la “institucionalización de la convivencia escolar desde una cultura de paz con perspectiva de género.” Dentro de sus enfoques está la “inclusión”. Carteles están siendo desplegados en las escuelas públicas reforzando esta filosofía.

La terminología es discreta, pero ¿hasta dónde se interpretará y legislará? Es claro que, más allá de promover respeto a la mujer, hoy en día se busca promover respeto a estilos de vida contrarios a la naturaleza humana, que son condenados por el Creador y conllevan a la destrucción personal, espiritual y social. Ya en el 2018 el Ministerio de Trabajo de El Salvador celebró “el Día del Orgullo de la Comunidad LGBTQ” pintando una bandera arcoíris de 60 m en las instalaciones del Centro de Gobierno.

El Ministerio de Cultura participó izando la bandera LGBTQ, e iluminando la fachada del Palacio Nacional con los colores de dicha bandera, además de declaraciones públicas de apoyo.

Considere lo que está pasando en EE.UU. El proceso de transformación nacional que incorpora la ideología de género mediante adoctrinamiento y legislación está causando confusión, caos y daño emocional y social. Veamos:

En el año 2014 entró en vigor en California, EE. UU., una ley que permite a los niños varones que se identifiquen como niñas, participar en el equipo deportivo de las niñas. Más aún, tienen derecho de ducharse y cambiarse de ropa en los vestidores de las niñas. No creo muy sabio que un varón adolescente se meta ¡en el vestidero de las jovencitas!

El 20 de febrero del 2012 el periódico “The Orange County Register”, del Condado de Orange, California, EE. UU, reportó declaraciones de la publicación médica “Pedatrics” (Pediatría). De acuerdo con la publicación, cada vez es mayor el número de adolescentes y niños menores que están recibiendo tratamientos médicos de cambio de sexo, con el apoyo de sus padres. ¡Inconcebible!.

Un adolescente no se considera suficientemente maduro para contraer matrimonio, votar en las elecciones populares o conducir un automóvil, pero ¿se le considera suficientemente maduro para una decisión que lo impactará de por vida?
Ya en enero del 2020 hay veinte estados en EE. UU., que prohíben que terapistas den tratamiento a un niño o joven para ayudarlo a superar inclinaciones homosexuales. La voluntad del gobierno se impone sobre la misma voluntad de aquellos padres que buscan ayuda profesional en pro del bienestar físico, moral y espiritual de sus hijos.

Es importante notar que estudios médicos extensos han mostrado que el homosexualismo no está ligado a ninguna variante genética específica. Es posible que el ambiente familiar; la influencia de los medios de comunicación; el impacto de personalidades en el mundo del arte, la música y los deportes; junto con experiencias y crisis personales; y otros factores, influyan en la persona, predisponiéndola a un estilo de vida homosexual. Pero eso no significa que abrazarlo es saludable, o aprobado por Dios.

Todos tenemos tendencias hacia la inmoralidad sexual, la fornicación y el adulterio, pero Dios no lo aprueba. Y en su amor nos ofrece una medicina para no ser esclavo del pecado: ¡Cristo! El apóstol Pablo escribió en su carta a los filipenses “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13). Dios le da la victoria, mediante el Espíritu Santo, a todo aquel que le busca y se reconcilia con Él por medio de Jesucristo. (Hechos 2:37-39).

Abrir la puerta a la ideología de género es abrir la puerta a la confusión y caos social. El 21 de septiembre del 2013, un periódico local reportó que un adolescente transgénero ganó el concurso de belleza de una escuela secundaria de la ciudad de Long Beach, California. El 21 de septiembre del 2019 el noticiero “Fox News” reportó que una ciudad del estado de Colorado, EE. UU., aprobó que las mujeres puedan exponer públicamente sus pechos, para no discriminar contra ellas, pues ¡los varones pueden andar sin camisa en público!

El 7 de febrero del 2019 dos atletas transgéneros ganaron 1ro y 2do lugar en una competencia de 55 metros, para niñas, en la escuela secundaria Bloomfield, de Connecticut, EE. UU.

Muchas niñas protestaron la injusticia. Claro, la anatomía masculina es biológicamente distinta a la femenina. No nos equivoquemos, el hombre y la mujer son iguales en valor humano y dignidad, pero distintos en su anatomía, fisiología, rol familiar y social.

El ignorarlo y aceptar más géneros de los que el Creador designó es un error fatal.

En septiembre del 2019, el periódico The Orange County Register reportó que, el artista Sam Smith declaró: “He decidido cambiar mi pronombre a “ELLOS”… he decidido abrazar mi “yo” por quien soy, por dentro y por fuera”. Ya no es un “’EL” o una “ELLA”, sino un “ELLOS”. Ya no hay sólo dos o tres géneros, sino una multitud, tan amplia como la imaginación, confusión y perversión humana.
Todo ser humano, creado a la imagen de Dios, merece nuestro respeto y compasión. Pero filosofías que van contra la misma naturaleza, y que se rebelan contra la palabra de Dios ¡no! No merecen más compasión que un cáncer que destruye la vida de un ser querido.

El salmista exclamó “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.” (Salmo 119:105). Apartarse de la sabiduría divina, encontrada en la palabra de Dios, es precipitarse a un abismo oscuro. Educar y legislar como si Dios no tiene voz ni voto en su creación, como si Dios y sus leyes no existieran o fueran irrelevantes, es de necios: “El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido hechos abominables; no hay quien haga el bien.” (Salmo 14:2).

Jaime Simán, siervo de Jesús
Escrituras bíblicas tomadas de: La Biblia de las Américas, © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation. Usadas con permiso.
© Jaime Siman 2020 – Derechos Reservados. Publicación autorizada a El Norteño News