«El humilde Pastor con olor a Oveja, el Cristo, Discípulo, Ministro de Dios, el Chero» se despidió hoy

El rol evangelizador del Obispo Eduardo Antonio Alas Alfaro fue comparado como un Cristo en la tierra bendita del Jardín de Cuscatlán, según argumentaron sus apologistas católicos y agregaron que su obra pastoral trascendió como un discípulo de Dios a quien en todo momento honró con palabras y hechos.


(ENN) Miles de católicos de Chalatenango asisten hoy a la despidida al cielo de Monseñor Eduardo Alas Alfaro, un hombre de Dios que durante su vida pastoral se le impregnó el olor a Oveja, dice Monseñor Oswaldo Escobar jefe de la Diócesis de Chalatenango .

«En querer nadie me gana», fueron las frases que durante la homilía celebrada esta mañana de sábado se recordó entre los presentes del Sacerdote Eduardo Alas, el amigo, el pastor, el hombre de caridad, el obispo sencillo y el evangelizador vitalicio. Alas como se mencionó en la ceremonia eclesial deja un Chalatenango enamorado de su obra para pastoral para todos los tiempos y el más Santo entre los Santos, según se expresa de él en todo Chalatenango, refirieron jerarcas de la Diócesis chalateca y Arquidiócesis de San Salvador.

Asimismo la obra de amor de Monseñor Eduardo Alas Alfaro, quien murió a los 90 años de edad, se internacionalizó por el mundo y se recordó en el protocolo de despedida que el Papa Juan Pablo II se refirió en varias ocasiones a Alas como el «El Obispo de la Montaña», un hombre exquisitamente humano y humilde que desde el cielo fue visto como un discípulo de Dios» , expresó Oswaldo Escobar .

Con música al estilo vals y cantos populares de despedida como «El Amigo» de Roberto Carlos , y por » Un Caminito» de Leo Dan, Monseñor Eduardo Alas hizo su último recorrido por las calles del municipio de Chalatenango, cuyo cuerpo fenecido fue cargado sobre los hombros de sus amigos y máximas autoridad eclesiales de El Salvador, como políticos que también se lucieron ante la presencia mediática.

Según voceros de la grey católica la Iglesia creció y se consolidó en la fe debido al trabajo pastoral de Monseñor Eduardo Alas conocido también por sus amigos y colegas religiosos como «El Chero» porque fue un amigo sincero de todo mundo sin importar credo, religión o signo político.

«Nunca le gustó llamar la atención, lo que hacía lo realizaba con amor, fe y discreción; este hombre valió la pena que haya venido al mundo», dijo el Arzobispo de San Salvador, Luis Escobar.

Agregó que Monseñor Eduardo Alas deja toda una estela de tristeza en la tierra pero al mismo tiempo un mar de felicidad angelical en el cielo, ya que la partida material del Ministro de Dios se inmortalizará en la fé de todo un pueblo que le amó en vida.

La familia de Monseñor Eduardo Alas recibió el pésame desde el Vaticano mediante carta leída por Monseñor Oswaldo Estefano Escobar enviada directamente por el Papa Francisco desde Roma.

Don Salvador Rodríguez, es oriundo del municipio de San Rafael, Chalatenango, y dio testimonio que Monseñor Eduardo Alas fue un auténtico ejemplo de bondad y solidaridad para con los más pobres y desvalidos. «Fue un amante de la naturaleza y de los más pobres, así lo demostró en el Cantón Deras en su cuna y en todo Chalatenango, agregó Rodríguez.

 

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