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“El amor en los tiempos del cólera” versus “El amor en tiempos del coronavirus”

Demostremos que podemos sacar esa bondad que vive en nuestro interior, aplicando el principio Bíblico que dice: “amemos al prójimo como a nosotros mismos”.

Licda. Verónica España, columnista de ENNews

ENNews “El amor en los tiempos del cólera”, esta famosa novela del gran escritor Gabriel García Márquez, la que muchos leímos en nuestros años escolares o quizá después, ha sido muy mencionada en los últimos días, con una pequeña modificación en su nombre:

“El amor en los tiempos del coronavirus”. A través de las redes sociales se está haciendo viral una imagen de dos enamorados besándose con una mascarilla y aquí hago referencia al ingenio de los salvadoreños, que ante las adversidades siempre sacan su buen sentido del humor, que para mí es una excelente señal del empuje que tenemos para salir adelante con ánimo y valor.

Esta obra literaria de García Márquez, escritor que admiro tanto pues no puede ocultar su vena periodística, no la recuerdo con exactitud; aunque sé que el “El amor en tiempos del cólera” ubica al lector en las primeras décadas de 1,900.

Además, se refiere a un amor que perdura a través de los años, el cual se concretiza mientras la enfermedad del cólera hace estragos en las poblaciones.

Cuando el amor de los protagonistas de la novela se encuentra en plenitud, ellos (quienes ya están en edad madura) se encuentran en un barco.

Y para librarse de testigos, el enamorado tiene la idea de mandar a alzar la bandera amarilla, señal que ese lugar estaba invadido por el cólera; esto para que nadie más subiera a la embarcación.

Afortunadamente y Gracias a Dios en nuestro país, hasta el momento, el coronavirus no ha tenido un impacto negativo y las medidas preventivas se estaban aplicando al pie de la letra.

En este barco, estamos todos y para evitar que se hunda, ya sea que haya gravedad por la enfermedad o no, debemos permanecer como hasta hoy: unidos, solidarios.

En lo peor de las tragedias siempre sale lo mejor de la naturaleza humana y los salvadoreños lo hemos demostrado a lo largo de nuestra historia: en terremotos, inundaciones, durante la guerra y enfermedades. Siempre hemos compartido lo mucho o poco que tenemos. Y el amor, el amor que mueve el mundo y nuestros corazones que no se nos enfríe.

Aquí no sólo hablo de las parejas, aunque sé que hay enamorados que no han podido reunirse por la cuarentena que hay en nuestro territorio, me refiero al amor en general por la humanidad, el que se demuestra con detalles y nobles gestos. Como cuando alguien que se ha abastecido de muchos productos le dice a otra persona, si te hace falta algo: avísame, yo te ayudo, yo te doy. O también el regalar alcohol gel a aquellos que no tienen, sé que ya hay compañeros de trabajo o vecinos que ya lo están haciendo de forma desinteresada, y la recompensa definitivamente vendrá del Cielo. Hagamos que nuestra historia trascienda de forma positiva, que podamos contar a las generaciones venideras que el amor en este tiempo de coronavirus, fue una de las armas para vencer la enfermedad. No señalemos, no juzguemos si alguien se preocupa más por la pandemia y otros lo hacen menos; eso nos separa. Demostremos que podemos sacar esa bondad que vive en nuestro interior, aplicando el principio Bíblico que dice: “amemos al prójimo como a nosotros mismos”.