A 61 días de cuarentena el COVID-19 parece ir ganando la batalla

(EN News) Apenas pasaban horas de la alarma nacional por COVID-19 cuando el Presidente Nayib Bukele con su característico acento decía: !Cierren el aeropuerto a ese vuelo de Avianca procedente de México no entrará al país porque en él vienen compatriotas altamente sospechosos de haber contraído el COVID – 19″, éstas eran casi las palabras textuales de un mandatario atemorizado también por las noticias aterradoras en todas partes del mundo.
El miedo colectivo en el país obligó a las autoridades a restringir todos los sitios fronterizos por las sospechas que el virus podría viajar en avión, barco o transporte terrestre y comenzaron desde allí las restricciones por tierra y aire para cercar al virus importado y evitar así el desenlace de una cadena epidemiológica que ya elevó a 1750 los casos positivos de COVID en su mayoría contagios comunitarios, es decir, de salvadoreño a salvadoreño.
En horas sucesivas la población salvadoreña en su debut de la primera cuarentena domiciliar decretada por Bukele el 20 de mayo por la noche y puesta en marcha a las 0 horas del sábado 21 de marzo, comenzó a recibir mensajes en diferentes plataformas sociales sobre la efectividad de hacer gárgaras e ingesta de agua tibia con mezcla de limón, jengibre y sal como la mejor y más económica arma preventiva al coronavirus.
A 61 días exactos del encierro en casa la población ya cerró la página de las recetas caseras, se acostumbró a ver noticias apocalípticas cada día sobre el aumento en la curva de contagios y muertes viviendo también en carne propia otra angustia paralela como es la crisis económica cada vez más galopante que no le resuelven las modestas y útiles canastas básicas que recibe por parte de las entidades oficiales para paliar su precaria economía familiar.

