El nuevo epicentro» del coronavirus, según la OMS es América del Sur, y en particular Brasil que se enfrenta al duro desafÃo de frenar la pandemia, que sigue golpeando a Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump aumenta la presión para reactivar la economÃa.
(EN News) La tan anunciada tragedia de Brasil por sus controvertidas polÃticas para enfrentar la pandemia ya es una realidad, con más de 330.000 casos y 21.000 muertos. El gigante sudamericano desplazó a Rusia como segundo paÃs con más contagios en el mundo detrás de Estados Unidos, según datos del ministerio de Salud.
En un paÃs de 210 millones de habitantes y una población más joven que la europea, la proporción de adultos jóvenes muertos por el nuevo coronavirus es superior a la de otros Estados duramente afectados por la pandemia, sobre todo entre las clases más pobres.
El 69% de los fallecidos por covid-19 tienen más de 60 años, según cifras oficiales, mientras que en paÃses como Italia y España, los mayores de 60 representan el 95% de los decesos.
Con Brasil en primer plano, América del Sur se convirtió en «un nuevo epicentro de la enfermedad», según el responsable de situaciones de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan.
«Vemos el número de casos aumentar en numerosos paÃses sudamericanos. Hay mucha preocupación en torno a esos paÃses, pero claramente el más afectado por el momento es Brasil», afirmó.
En toda América Latina han fallecido más de 37.500 personas y se han registrado unos 681.000 contagios de covid-19.
En el mundo, son más de 338.000 los muertos y más de 5 millones los contagios, según un balance de AFP basado en fuentes oficiales, de este sábado a las 11H00 GMT.
La situación en Brasil es aún más complicada por las desavenencias entre la mayorÃa de los gobernadores, favorables al confinamiento, y el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, que lo critica por su impacto económico.
La difusión de un vÃdeo de una reunión ministerial en la que Bolsonaro califica al gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, de «bosta», y al de RÃo de Janeiro, Wilson Wietzel, de «estiércol», aleja la posibilidad de un entendimiento entre el presidente y los estados.