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Es tiempo de cambios en nuestras vidas y de romper dogmas

Si en estos momentos no te abrazo es porque te quiero, si no te beso es porque te AMO y, si no estoy a tu lado, es porque QUIERO que sigas con vida y sano…

Por : Mtra. Artemisa López Carrillo, columnista EN News

(EN News) A 73 días de estar quietos en casa, encerrados en un principio de manera voluntaria y hoy ya de manera obligatoria, las fuerzas y las energías de una gran mayoría ya empiezan a quebrantarse, a deteriorarse, no ha sido fácil lidiar con frecuentes episodios de angustia y de pánico, ya no es suficiente a estas alturas el auto control.

Empezamos a necesitar de ayudas de especialistas en salud mental, niños, adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores, ansiamos el momento en que esto termine, pero lo triste, lo lamentable es que ya sabemos que nuestra libertad seguirá cuartada hasta que científicos encuentren la vacuna que pondrá FIN a este aislamiento.

¿Será que nuestras autoridades manejaron desde un inicio, mal esta pandemia? ¿Sería la ignorancia, la falta de información real, lo que ayudó en gran medida a que Covid-19 avanzara a pasos agigantados y acabara con la vida de ya una gran cantidad de personas?

Recurrimos al análisis y a la reflexión para encontrar respuestas a nuestro, actuar, a nuestro proceder, sin embargo, ante la figura de Covid-19, toda respuesta nos lleva a la conclusión de que parte de todo este caos sanitario, es responsabilidad de todos, unos más que otros, pero, a fin de cuentas, todos hemos estado orquestando esta lamentable situación, esta experiencia, esta guerra, a la que muchos ya dieron TREGUA… ¿Qué es lo que sigue ahora?

No creo que debamos seguir enfrascados en el papel de víctimas cuando hemos sido partícipes de este desastre, no es tiempo de lamentaciones, de frustraciones, de sentimientos de culpabilidad, es TIEMPO de comprender que este virus vino a cambiar radicalmente nuestras VIDAS.

Lo que queda por hacer es seguir haciendo consciencia de nuestras conductas, y creer que todos tenemos en estos momentos el control de nuestras vidas, no serán los gobiernos quienes se preocupen por nuestro bienestar, todas sus acciones hasta la fecha han sido igual o más egoístas que las nuestras, y digo más porque, son ellos quienes tienen la responsabilidad, la obligación de controlar cualquier epidemia o pandemia que se presente.

Por tanto, reitero una vez más a hacer todo lo que esté en nuestras manos para salvaguardar nuestras vidas y las de los seres queridos.
Un buen comienzo sería analizar y reflexionar la EXISTENCIA DE UN DIOS BUENO, AMOROSO, para analizar, para reflexionar, para cambiar, para ser los mismos pero DIFERENTES, un poco de filosofía…
Sabían que cuando Einstein daba alguna conferencia en las numerosas universidades de los EEUU.
La pregunta recurrente que le hacían los estudiantes era: ¿Cree usted en Dios?

A esto él siempre respondió: “Creo en el Dios de Spinoza”, y quién no había leído a Spinoza se quedaba en las mismas…
Espero que esta joya de la historia nos sirva tanto, que nos invite a la reflexión y al análisis. Asimismo, nos permita regular nuestras acciones, nuestros actos, corregir el rumbo de nuestras vidas, vivir en equilibrio y sin sentimientos de culpa. Todo acto bueno o malo, siempre tendrá consecuencias.

Baruch de Spinoza fue un gran filósofo holandés, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés Descartes.
Aquí algo de él, esto es Dios o naturaleza de Spinoza:

Dios hubiera dicho: No reces tanto, ni te des golpes de pecho, lo que quiero, lo que deseo es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida; quiero que goces, que te diviertas, que cantes y, que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. Olvida esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.

Mi casa está en las montañas, en los mares, en los bosques, en los lagos, en los ríos, es ahí donde yo realmente vivo y es ahí mismo donde yo expreso mi amor por ti. No me culpes si tu vida no es cómo la imaginabas, yo jamás te dije que había algo mal en ti, o que eras un pecador o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado con el fin de que puedas expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría… Yo no fui quien te hizo creer todas esas cosas que el mundo dice.

No pierdas el tiempo buscándome en supuestas escrituras sagradas, que nada tienen que ver conmigo.
Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en los ojos de tus hijos, en la mirada de tus amigos, mucho menos lo harás en un libro. Confía en mí y deja de pedirme. Yo sé lo que hago. Tampoco me temas, yo no te juzgo, ni me molesto, ni castigo.

Yo soy puro amor. No me pidas perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice, yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias, de libre albedrío.
¿Cómo puedo culparte, si respondes a algo que yo puse en ti?
¿Cómo puedo castigarte por ser cómo eres, si soy yo el que te hice?
¿Acaso crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se portaron mal, por el resto de la eternidad?

Jamás me atrevería a hacer eso. Olvídate de cualquier mandamiento, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, que sólo crean culpa en ti.
Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti, lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado hijo mío esta vida no es una prueba, no es un ensayo, no es un peldaño, no es un escalón, ni un paso en el camino, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay, NO HAY PREMIOS, NO HAY CASTIGOS, no hay pecados, no hay virtudes, nadie lleva un registro, nadie lleva un marcador.

Eres absolutamente libre para crear en tu VIDA, un CIELO o un INFIERNO.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo, vive como si no lo hubiera, vive como si esta fuera la única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así si no hay vida, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.

Y si la hay ten la seguridad que no te voy a cuestionar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar… ¿Te gustó?, ¿Te divertiste?, ¿Qué fue lo que más disfrutaste?, ¿Qué aprendiste?
No te la pases creyendo en mí. Eso es suponer, imaginar, saltar conclusiones.

Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando beses a su amada o amado, cuando acaricies a tus hijos, a tu perro, cuando te bañes en el mar, cuando estés en contacto con la naturaleza…

No gastes tu vida alabándome, no soy ególatra. Tanta alabanza me consume.
¿Te sientes agradecido? Demuéstramelo CUIDANDO DE TI, DE TU SALUD, DE TUS RELACIONES, DEL MUNDO.
¿Te sientes mirado y sorprendido? ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Y seguimos quietos, encerrados, aislados e inmersos en la angustia y el estrés que esto conlleva. Estamos viendo el mundo pasar… De verdad que gran lección se nos está dando. La naturaleza ha sido una paciente perfecta, escultural, tallando un fragmento día a día, lentamente durante miles de años para crear algo tan hermoso, bello, maravilloso, tan majestuosamente y lo triste, lo terrible, lo decepcionante es observar cómo el ser humano está acabando con ella.

Estamos siento testigos de extinciones de plantas y animales y no queremos creer que el hombre también está en peligro de extinción, esto es una certeza si continuamos viviendo de maneras ignorantes, soberbias irresponsables, irrespetuosas y egocéntricas.

El mismo ser humano es quien está orquestando, organizando, fomentando y dirigiendo el fin de su existencia. Vendrán más desastres ambientales, más pandemias y pronto la falta de alimentos, de agua, de aire respirable, etc. ¿Qué más necesitamos ver para creer?