Cuando no está Papá!!

Dios reconforta los corazones heridos de los hijos cuyos padres ya fallecieron, pues la fe del hermoso reencuentro sostiene a los cristianos.

Licda. Verónica España, Columnista EN News

(EN News) «Es un buen tipo mi viejo que anda solo y esperando», es una de las frases de una antigua y famosa canción dedicada a los papás que, sin duda alguna, este día sonará infinidad de veces pues toca el corazón de hijos y progenitores.

La melodía evoca a un esforzado hombre, quien luchó toda la vida por sacar adelante a sus hijos. Por lo que se convierte en un himno perfecto para darle honor a quien honor merece, ya sea que el padre se encuentre entre nosotros o ya haya partido al reino celestial.

Dios reconforta los corazones heridos de los hijos cuyos padres ya fallecieron, pues la fe del hermoso reencuentro sostiene a los cristianos.

Lo anterior nos lleva a pensar que la paternidad es ejercida por muchos, con responsabilidad y amor; para todos ellos nuestras más sinceras felicitaciones y se que Dios los Bendice a diario.

Pero existe el otro lado de la moneda y surge la interrogante: ¿qué pasa al enfrentarnos con la realidad de que hay padres que no muestran interés por sus pequeños, en ningún momento de sus vidas? Lamentablemente las historias abundan y los hijos, muchas veces, crecen con ese resentimiento y rencor que de cierta manera les puede robar su paz.

Pienso que la vida da oportunidades a quienes tienen el privilegio de ser padres, de cumplir su rol de líder y de amoroso protector para sus hijos, aunque no vivan bajo el mismo techo con ellos. Si el hombre tomó la decisión de estar ausente, él es dueño de sus actos, pero todos sabemos que los errores suelen pagarse caro. Y Dios es un Dios de amor y de justicia.

Ahora bien, lo que importa son los hijos. Y aunque no soy experta en psicología, tengo muy buenas amigas que se dedican a ese rama, quienes aconsejan a las mamitas no ocultar ninguna realidad a los niños. No engañarlos, diciéndoles por ejemplo, tu papá está de viaje y pronto volverá.

Tampoco se puede romper el corazón de un pequeñito manifestando deliberadamente: «tu padre no quiere estar con nosotros», pues recordemos que los niños son como vasos frágiles y tesoros que tenemos entre nuestras manos.

Con tacto y mucho amor, pidiendo la dirección de Dios y si es posible buscando orientación psicológica, se le debe comunicar al niño que papi no puede estar en el hogar por circunstancias que no pueden controlar. Los niños son sabios e iran captando y comprendiendo poco a poco la situación, por eso hay que llevarlos de la mano para que entiendan que el no tener un papá presente, no significa que no sean valiosísimos.

Fomentar su autoestima, independencia y enseñarles a abrir bien sus ojitos para que reconozcan todas las Bendiciones que los rodean, es un trabajo de amor que será bien visto por los ojos de Dios, quien siempre iluminará la senda a seguir.

Sembrar rencor nunca será el camino adecuado, por lo que se recomienda jamás hablar mal del padre ausente. Lo que se debe cultivar es la autoconfianza, la inteligencia emocional para que los niños comprendan que hay diferentes tipos de familia, y a él le tocó una donde no está papá.

Y la vida suele dar sorpresas, pues también hay padres que buscan a sus hijos cuando ellos ya son mayores, queriendo entregarles toda la atención que no les dieron en el pasado. Opino que en esos momentos no hay que juzgar, sino que es tiempo de abrir el corazón.

Conozco relaciones de padres e hijos que iniciaron cuando los chicos eran adolescentes o, incluso, adultos, donde la armonía reina y el amor crece. La Biblia dice en Proverbios 19: 11, «La honra del hombre es pasar por alto la ofensa». Aquí reflexionemos un poco sobre todos los pecados que nos ha perdonado Dios, ¿quienes somos nosotros para no hacerlo, para no otorgar ese don a otro ser imperfecto?

También el tomar la valiente decisión de perdonar aplica para aquellos hijos que vivieron una niñez no tan grata, talvez por un padre alcohólico, o porque tuvo actitudes que de alguna forma dañaron la paz del hogar. Nunca es tarde para aprender a amar y perdonar.

Lo cierto es que el amor se cultiva, esa es una verdad innegable. Y en este día y siempre, solo tengamos presente lo que dice la Biblia sobre los progenitores y del profundo respeto que les debemos: «Honra a tu padre y tu madre, que es el primer mandamiento con promesa para que te vaya bien», Efesios 6: 2.

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