Inteligencia emocional la mejor arma para combatir el estrés del confinamiento

Mtra. Artemisa López Carrillo, Columnista EN News

(EN News) La figura de Covid-19 a sus 113 días, muestra al mundo la vulnerabilidad del hombre, y nos está manifestando con sabiduría que habrá más situaciones difíciles donde ni los gobiernos, ni la ciencia podrán hacer absolutamente nada por esta humanidad.

Por ello, la importancia de tramitar nuestra inteligencia emocional.
En esta batalla requerimos percibir, controlar, asimilar, comprender y regular nuestras propias emociones y la de los demás para suscitar una progresión emocional e intelectual.

De esta manera podríamos diferenciar y utilizar toda información que nos permita ordenar nuestros pensamientos y acciones.

Lamentablemente, ante la presencia de Covid-19, para una gran mayoría el control de las emociones, no ha sido una tarea sencilla, y esto se debe principalmente porque una gran masa poblacional no ha logrado identificar y diferenciar sus propias emociones en asocio con los semejantes, siendo éste un componente muy importante.

El conocimiento de uno mismo implica reconocer de manera precisa un sentimiento en el mismo momento en el que aparece, tanto en aspectos cognitivos (pensamientos) como las referidas a las acciones físicas.

Cuando nos encontremos en el nivel avanzado, esta capacidad nos permitirá identificar las emociones de otras personas, incluso diferenciar entre emociones honestas y falsas en los demás.

Otro elemento importante de la inteligencia emocional es identificar de manera correcta las actividades cognitivas tales como el razonamiento, resolución de problemas y la comunicación interpersonal.

Las personas que desarrollan esta habilidad son capaces de generar emociones vividas para ayudar al juicio racional, procesos de memoria y generar estados de ánimos que facilitan poder considerar algo ante múltiples perspectivas ya que la producción de distintos estados emocionales ayuda también a fomentar estilos variados de pensamiento.

Asimismo, la regulación y autocontrol de las emociones son dispositivos necesarios para el desarrollo de la inteligencia emocional, ya que esta habilidad nos permite estar abiertos tanto a las emociones positivas como a las negativas.

Por tanto es necesario desarrollar la capacidad para prevenir, reducir, mejorar o modificar una respuesta emocional propia y de otros; así como el tonelaje de experimentar una serie de emociones, mientras se toma la decisión sobre la conveniencia o utilidad de una emoción frente a una situación dada.

Por ejemplo, poder tranquilizarnos nosotros mismos en este aislamiento, nos ayuda a despejar la ansiedad, la tristeza, la irritabilidad exagerada y las consecuencias que arrastran. El autocontrol nos permitirá no dejarnos llevar por nuestras emociones, independiente de cómo éstas nos afectan.

De igual manera es imprescindible desarrollar la capacidad para motivarnos a nosotros mismos, es necesario dirigir y conducir las emociones hacia algún objetivo que nos permita mantener la motivación y fijar nuestra atención en metas; no en obstáculos.

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