La mujer plena de la mano de Dios siempre edifica!
Nuestra mente es gestora del funcionamiento de todos nuestros mecanismos internos, es decir, del funcionamiento de nuestros órganos, incluso de los más automáticos e instintivos…
(EN News) Si todo esto lo amarramos al poder de Dios cuáles serían los resultados? Todo el ser humano continuamente está en una autocharla, a veces es interior, otras veces la exterioriza por la calle hablando consigo misma.
En esta autocharla nos decimos cosas buenas, aunque la mayoría de las veces, no tanto.
En cada autoconversación generamos y creamos emociones intensas, en realidad actuamos acorde a lo que pensamos.
Y si en esa autocharla hay pensamientos negativos por ende generará emociones cargadas de negativad; pero si los cambiamos por pensamientos positivos, nuestras emociones también serán buenas.
Ante la figura de Covid-19 lo recomendable, lo ideal, es recurrir y tramitar con nuestra inteligencia emocional, viajar las veces que se requiera a nuestro interior, tener constantes autoconversaciones que produzcan buenos pensamientos, todos ellos propositivos y encauzados a contagiar a nuestros seres queridos.
Debemos proponernos como reto negociar con nuestras emociones y controlar nuestros instintos, experimentando emociones que desechen todo lo negativo que hay en nosotros.
Mis queridos hermanos no es de Dios sentir miedo, ni manifestar juicios o esperar que los otros nos acepten u opinen a favor de nuestros deseos internos.
Debemos confiar en el Ser Supremo porque él nos guía, nos da fuerza y sabiduría en todo momento, solo hay que permitirle que esté de nuestro lado.
Dios respeta nuestros deseos y si nuestro deseo es que esté con nosotros, ahí estará. Siempre he pensado que, en la autocharla, en la autoconservación incluimos esta deidad superior porque sabemos que es el único que nos está escuchando, y está pendiente de cada uno de nuestros pensamientos y acciones.
Esa comunión es hermosa!!
Confiemos en esa fuerza espiritual, entreguemos y sostengamos nuestros objetivos hacia Dios, no nos apartemos de nuestra clara misión y propósito, con nuestro Padre Celestial todo es posible.
Tengamos siempre presente que él es feliz cuando sostenemos el amor en común con toda la humanidad, sin querer imponer nuestra voluntad.
Estamos aprendiendo a decir nuestra verdad, nuestro SÍ sin imponer nuestro NO.
Estamos sacando, eliminando, apartando, excluyendo y cancelando de nuestros pensamientos la necesidad de aprobación; esa hambre de fe que sólo refleja la necesidad de un niño herido, lastimado o humillado.
La mujer de Dios, enseña que todos podemos ser lo que queramos sin miedo, sin autocritica; sin adulaciones, sin criticar a los demás; la mujer de Dios EDIFICA y enseña a tener la fuerza suficiente para vivir la vida con serenidad, suavidad, amor, paz y tranquilidad… sin excesos ni pensamientos negativos.
La mujer de Dios cimienta y construye obra de amor y la proyecta; pero jamás destruye, no deja piedra sobre piedra, no arruina, no demuele…
Eliminemos en la medida posible todos aquellos pensamientos que nos llevan a la tristeza, a la depresión, bloqueemos las tentaciones malsanas y vayamos a nuestro interior, autocharlemos e involucremos siempre a Dios en ella y el temor y las sombras quedarán fuera de nuestro ser.
Yo sigo confiando en Dios, en mí y en cada uno de ustedes, y con seguridad les afirmo que, de esta crisis sanitaria saldremos adelantes si seguimos obedeciendo a nuestras autoridades, si continuamos unidos, si seguimos los protocolos que hoy exige nuestra nueva normalidad, nuestra nueva realidad.
El Covid-19 estará un buen tiempo conviviendo con nosotros, pero no logrará que nuestra fe y el amor por nuestros seres queridos se acabe, se termine.
No demos el brazo a torcer, no le demos tregua a este virus. Les abrazo a distancia con afecto y les invito a seguir orando por cada una de las familias que han perdido a un ser querido, por la salud de todos nuestros hermanos de México, El Salvador, Latinoamérica y del mundo entero.