Los niños y las niñas no se tocan aun en tiempos del Covid-19
Mantengámonos siempre en alerta y que la pandemia no sea una excusa para aquellos que desean robar los sueños y las ilusiones de nuestros niños.
(EN News) Todos los seres humanos somos especiales, cada uno con su forma de ser. Pero concentro mi idea en decir que la niñez es y será en conjunto la joya más preciada del mundo por representar la esperanza de su mejoría.
Muchas veces pensamos en las condiciones en que les dejaremos nuestro planeta. Pero tomemos pronto un atajo y hablemos del alma de los niños, nobles, inocentes, puros y proclives a dar felicidad y conseguir la suya.
Sin embargo, esa misma circunstancia los vuelve vulnerables cuando posan en ellos las miradas y pensamientos de adultos que caminan por la vida como lobos disfrazados de ovejas.
Que terribles son al respecto la pornografía infantil y la trata de personas que los incluye, dando lugar a otras conductas delictivas. Y para desgracia lamentable, va en aumento.
De qué tamaño es el negocio y la vileza que hasta por catálogo comercian con ellos. El Norte de América es uno de los nidos más grandes de los pederastas que a costa del dinero compran voluntades perversas, inclusive las suyas.
Lo deseable es el cuidado desde la seguridad pública, pero tal parece que no hay presupuesto ni voluntad que alcance.De tal manera se vuelve indispensable el cuidado permanente de los padres.
Es imperativo no dejarlos solos ningún momento por fácil que parezca. No confiemos ni seamos ingenuos, hay temas en que vale la pena tener desconfianza habitual.
Los estudiosos de la psicología nos enseñan cosas básicas como: no dejarlos con quien no quieren estar, tampoco con personas inestables emocionalmente; nunca a solas en casas ajenas; ni quedar a cargo tanto de adolescentes como del novio o la novia en turno.
No deben acostumbrarse a andar con cualquier persona y dormir en cualquier casa; no permitir que salgan a jugar sin supervisión o estar al cuidado del hermano mayor.
Igualmente recomiendan que no necesariamente deben convivir con los amigos de mamá o papá, dado que por sus actividades laborales o incluso de otra naturaleza, no necesariamente se percatan de si son buenas personas
Por último hacen énfasis en que es nuestra responsabilidad protegerlos aunque no sean nuestros hijos, esto significa siempre en alerta y que la figura de Covid-19, no sea una oportunidad para aquellos que desean robar los sueños y las ilusiones de nuestros niños.