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Hospital equivocado, en el lugar equivocado y en el momento equivocado

Oscar Picardo Joao,
colaborador EN News
opicardo@asu.edu

Sin lugar a dudas, dadas las condiciones demográficas, la demanda y la oferta sanitaria, un hospital eficiente y con servicios de calidad y calidez, es importante y necesario en El Salvador. No obstante, antes de tomar la relevante decisión de dónde, cuándo y cómo construirlo no es un asunto de olfato y de emergencia, sino de planificación.

En el gran San Salvador, Soyapango y Apopa representan una importante cuota poblacional, como ciudades dormitorios que se han desarrollado en la periferia de la capital. En éste sentido, la zona de la carretera Panamericana o carretera de Oro, concretamente entre La Gloria y Nejapa, podría ser el mejor lugar para pensar un hospital de grandes dimensiones; en esta zona, además se amplifican la posibilidad de servicios para occidente –vía San Juan Opico-, zona paracentral y norte –vía Apopa- y oriente.

Otro aspecto en la planificación urbana que se debería considerar es el tema de tráfico y acceso; efectivamente, en ésta zona las posibilidades de movilidad son óptimas.

Pero bueno, al final se decidió comenzar un hospital provisional en CIFCO, que no era mala idea, por los amplios espacios; pero luego se cometió el error de transformarlo en un hospital permanente y, esto sí fue una pésima idea, por varias razones. No soy planificador urbano, pero enumeremos algunas hipótesis:

a) La zona de San Benito tiene alto tráfico, llegar a este hospital será siempre complicado; b) Se pierde un importante espacio público de la ciudad; c) Es una zona turística, rodeada de museos, restaurantes y clubes nocturnos; d) Se está invirtiendo en acondicionar y crear espacios clínicos una considerable cantidad de millones que se pudieron invertir en un diseño hospitalario ad hoc;

e) El lugar está lejos de la gente, sobre todo de las principales ciudades dormitorio; f) El tratamiento de aguas y deshechos infecciosos hospitalarios implicará inversiones extraordinarias; g) Desde el punto de vista del paisaje urbano la obra no es acorde al lugar no sé cómo autorizó la OPAMSS habiendo un ordenamiento específico que indica “Planificar el desarrollo urbano futuro de la Zona San Benito mediante el ordenamiento espacial de sus actividades, la reorganización de su sistema de comunicación vial y la regulación de las transformaciones físicas del ambiente natural y construido que definen los rasgos determinantes de la imagen urbana de la zona”.

En efecto, en el documento “Plan parcial de ordenamiento urbano de la zona de San Benito” se proponen tres grandes ideas: El Plan de Ordenamiento de los Usos del Suelo, el Plan de Ordenamiento de los Flujos Vehiculares y Peatonales y el Plan de Puesta en Valor de la Imagen Urbana.

Esto evocando la “Ordenanza de creación de la zona turística de San Benito”, publicado en el Diario Oficial el 5 de Julio de 1995. Así es, la zona en dónde han decido construir el “Hospital El Salvador” es una zona de: Turismo de entretenimiento, turismo cultural, servicios especializados de hotelería y vivienda de altura. Se debería volver a leer PLAMADUR-AMSSA y PLAMATRANS.

Por otra parte, la evaluación de la pandemia de COVID19, según los resultados modelos matemáticos publicados a inicios de mayo (UFG-FUSADES) indicaban –a 90 días del caso cero- que tendríamos 14,916 casos (ver: https://observatoriocovid19.sv/ebook.html) y desde estos datos se sabía con antelación que nunca íbamos a requerir miles de camas y cientos de UCI.

Se pudo haber escuchado y planificar mejor ¿o nos sobran los millones para hacer una mega obra en el aire o por olfato, basada en progresiones aritméticas irreales?

Creo que nadie con dos dedos de frente pensó durante la emergencia en hospitales provisionales tipo carpa, vulnerables o mal hechos, sino en adecuaciones formales en una instalación como CIFCO para un plazo de 3 a 5 meses.

Luego todo volvería a la normalidad; esto es lo que han hecho la mayoría de países. Embarcarse en una mega obra en medio de una emergencia fue un disparate.

Como sea, la obra sigue, en un lugar equivocado y en un momento equivocado, veamos las estadísticas y demanda hospitalaria a la fecha, mientras la etapa 3 está al 80%, y las etapas 1 y 2 están casi vacías, y los casos siguen en descenso: La pregunta es ¿para qué siguen construyendo esa obra?

Sí necesitamos un buen hospital con servicios eficientes, pero esto se debe planificar con especialistas médicos-arquitectónicos, planificadores urbanos, administradores hospitalarios, arquitectos, salubristas públicos, epidemiólogos y, sobre la base del siguiente principio: “La arquitectura hospitalaria es una gran influenciadora en la ayuda terapéutica”.