Jhony Depaz, el artista autodidacta que logró grandes obras sólo leyendo un libro
Se dice llamar artísticamente “Pincelio”, seudónimo con el cual firma cada uno de sus trabajos. Su obra fuerte se desarrolla en pinturas al oleo y murales.
(EN NEWS) Considero que toda persona antes de hablar ya intenta hacer garabatos e interpretar a través de ellos su entorno, encierra definitivamente un artista en potencia, que merece todo el apoyo posible en ese autodescubrimiento de su talento y me atrevería a decir genialidad, es el caso de un artista en una zona de Lima, Perú.
Nos trasladamos en esta ocasión a Sur América para conocer un poco más a Jhony Alex Ramírez Depaz, artista pintor, muralista y coreógrafo. Originario de Lima Perú. Se ha destacado por su destreza en el retoque y creación de obras similares a pintores clásicos como Miguel Ángel, Velásquez, Leonardo da Vinci entre otros.
En esta oportunidad nos abre un espacio vía online para compartir con nosotros una parte de su historia.
Se dice llamar artísticamente “Pincelio”, seudónimo con el cual firma cada uno de sus trabajos. Su obra fuerte se desarrolla en pinturas al oleo y murales.
Pinta desde su primera infancia, por lo que es considerado un artista nato de sus propias palabras lo escuchamos contar con un tono de voz natural y sencillo anécdotas y aventuras de infancia en las cuales se puede notar su amor al arte desde muy pequeño:
“Recuerdo me iba a un espacio vacío en un monte el más alto y con una vara dibujaba los cerros, allí empecé a dominar los espacios grandes, y cuando empecé a pintar murales se me hizo fácil pues ya había practicado en pampas planas”.
También agrega que de niño al salir de la escuela pasaba por un botadero donde solía encontrar utensilios escolares desechados como lápices de colores y cuadernos y los recogía para poder usarlos para sus dibujos, siendo de condición de escasos recursos económicos, esto le ayudaba a poder hacer sus primeros dibujos.
“En otra ocasión, recuerdo que fui con mi papá a trabajar a una lujosa casa donde El ejercía como ebanista y yo le ayudaba en lo que podía a mi corta edad. Cuando íbamos a esa casa me gustaba tomar los libros y ponerme a leer, veía todos los que podía, el dueño de la casa me había estado observando por cámaras de seguridad.
Luego me preguntó si me gustaba la lectura, a la cual yo apenado le respondí que si y me disculpé por haber tomado sus libros para verlos, mas no esperaba su reacción que fue regalarme en ese momento cuatro libros de arte, entre los cuales iba uno que hablaba del arte de Miguel Ángel y de otros pintores, estudié mucho esos libros y puse en practica lo que aprendí, me sentí aun mas motivado por llegar a ser un gran artista.
Tiempo después a mis quince años, tenía ya nuestra casa completamente llena de obras hechas por mí, empezaban a estorbar en mi casa, y yo debía resolver eso por orden de mi padre, por lo que un día tomé varias de ellas y me fui a caminar a las calles de Lima. En esa ocasión, decidí entrar a un museo con mi bolsa de pinturas, para entrar no tuve inconveniente, mas no para salir, pues me detuvo la seguridad del museo asumiendo que yo estaba hurtando arte, pues al revisar mi bolsa encontraron obras que ellos no podían creer habían sido hechas por mí, un chico de origen humilde y sencillo, decían que las pinturas eran demasiado buenas para ser hechas por una persona como yo.
Luego de las aclaraciones pertinentes me dejaron libre y sin cargos y seguí buscando rumbo con mis pinturas. Conocí más tarde un par de personas que vieron mi talento y me ofrecieron un empleo, que era retocando obras clásicas, por mi pincelada les había interesado mi técnica”.
En este último año, Jhony se dedica mas que todo al muralismo comercial, a la coreografía, y otros quehaceres, con tal de sobrevivir económicamente, pues debido a que no hay mucho apoyo artístico en su comunidad y sumado al efecto de la pandemia, se ha visto terriblemente mermado el ingreso para su familia. Sueña con un día poder establecer una escuelita de arte para poder enseñar y apoyar a niños y niñas que como Él desde pequeños muestran destrezas artísticas, pero no cuentan con recursos para ello.
El caso de Jhony es solo un botón de muestra de lo que sucede en nuestros países, donde el arte y la cultura se han visto llevados a su expresión mínima, donde solo los que han recorrido escuelas de arte de renombre y salido de sus tierras han podido tener transcendencia.
¿Dónde queda el trabajo de los artistas con autoformación y con talento como el caso de Depaz?, siguen sin poder entrar a las ferias de arte o a los catálogos de las galerías las cuales exigen una jugosa suma a cambio.
¿Qué están haciendo los gobiernos actuales para fomentar la cultura y arte de sus países? donde existe un legado de centenares de tradiciones que se van perdiendo a un ritmo alarmante, y llevándose de paso a los artistas emergentes en esa corriente, al no apoyar a sus habitantes educándolos en su cultura e historia.