La lealtad, un valor fundamental en nuestras vidas
Nacemos únicos, auténticos y puros. Sin embargo, con el existir perdemos esa frondosidad.
(EN NEWS) Creo que nos empezamos a perder desde el momento en que determinamos que requerimos algo ajeno a nosotros mismos para sentirnos bien.
Desde muy pequeños aprendemos el arte de mendigar atención y cariño, y para eso necesitamos perder partes nuestras, partes genuinas que, probablemente no son del agrado de los demás.
El acto de extraviar nuestro YO verdadero y positivo se produce por muchas y diferentes razones. De manera inconsciente, vamos abandonando todos nuestros anhelos, nuestros principios y nuestros valores.
Es tanta nuestra necesidad de aprobación, de aceptación, de dar la razón a los demás que no vacilamos en negarnos a nosotros mismos, sobreviviendo y logrando olvidar lo que éramos en un principio.
La lealtad se define como un sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien.
Partiendo de la definición anterior, sería un ejercicio sano cuestionarnos:
¿Cómo podríamos dar algo que no poseemos?
¿Será posible ser leal con otros si no lo somos con nosotros?
Considero que No, porque prácticamente es como dar algo que yo no tengo. Y eso será imposible…
Por tanto, creo que la lealtad con uno mismo, debe ser congruente con nuestros valores y principios, sería el primer paso para después poder extender esa lealtad a las demás aspectos de nuestro existir.
Por lo anterior me atrevo a asegurar que la lealtad hacia el otro es falsa si no somos leales primero con nosotros mismos.
Cuando la lealtad hacia el otro se pone en primer lugar lo que hacemos es ir en contra de nuestra propia lealtad y congruencia interna.
Además, pienso que somos leales de forma fugaz e inconsistente ya que entregamos a alguien, o a algo, un poder sobre nosotros que nos hará dependientes y esclavos de su aprobación o desaprobación.
Muchos partidos políticos y doctrinas de todo tipo se alimentan de esa dependencia, haciéndonos creer que es por el bien colectivo. Evidenciando así su falta de lealtad hacia ellos mismos y hacia los demás.
Todos aquellos que se salen de lo establecido y son capaces de pensar por si mismos hoy en día no están muy de moda que digamos o cómo solía decir mi padre: “NO CAEN BIEN”. No obstante, el acceder a nuestro propio poder es una asignatura que una gran mayoría tenemos pendiente de cursar y aprobar.
Para ello, será necesario seguir un proceso que nos asista para tener presente todo aquello que hemos olvidado.
Creo que llegó el momento de transformarnos, de renovarnos, de SER los MISMOS pero DIFERENTES. Es decir, regresar a nuestra parte auténtica, conocerla, amarla y respetarla hasta que dejemos de EXISTIR.