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UN BIEN COMUN COTIZA EN BOLSA: EL AGUA

Hay películas catalogadas de ciencia ficción que más que futuristas parecen cada día más cercanas a la realidad.

Dra. Margarita Mendoza Burgos, en colaboración con EN News

(EN NEWS) Una de ellas es la saga de Mad Max, cuyo último episodio, Fury Road, data de 2015. En esa, del mismo modo que en las anteriores, vemos un mundo postapocalíptico en el que el poder está concentrado en tener dos recursos: el agua y el combustible.

En la ficción, el agua se ha convertido en un recurso indispensable por el que las naciones lucharán incluso en guerras. ¿Cuán lejos estamos de eso?

La reciente noticia de que el agua comenzaba a cotizar como valor en el mercado de futuros de Wall Street ha generado todo tipo de reacciones y el nombre de Mad Max se volvió tendencia en redes sociales por la similitud del caso. “Mad Max acaba de comenzar y todavía no nos hemos dado cuenta”, escribieron en una cuenta de Twitter.

Más allá de las similitudes, que el agua cotice en la Bolsa en mercados futuros es una pésima noticia y es un claro anticipo de la futura guerra por el agua que tendremos.

Se trata de un bien común a todos, necesario, que no se puede negar a nadie, y ahora estará en la Bolsa de Valores como bien transable, o sea que se puede negociar con ella.

Si el petróleo ya fue motivo de varias invasiones y guerras, ¿qué pasará con el agua?

Si antes de esto ya no todos tenían acceso al agua, muy pronto será peor.

Recordemos que en muchos países del tercer mundo no circula por las tuberías todo el día, sino que se corta y escasea durante horas, e incluso días.

El derecho humano al agua potable y al saneamiento fue reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010. No obstante, 2.200 millones de personas no tienen garantizado el acceso al agua potable, indica la ONU.

Las personas de nivel económico más alto disfrutan de ella todo y todos los días sin interrupciones, porque tienen cisternas donde el agua se almacena para usarla y en muchos casos se derrocha. Pero atención, tampoco tendrán el recurso a perpetuidad si éste empieza a escasear.

“El agua siempre ha tenido un precio, ya sea en una botella de agua para beber, en los alimentos que consumimos o en la energía que utilizamos”, explica Hugo Contreras, economista ambiental y director de Seguridad Hídrica de The Nature Conservacy para Latinoamérica. “Lo novedoso es que ahora, al estar cotizada en un mercado tan importante, su precio va a ser más visible”, recalcó.

Con el agua como bien privado, las desigualdades sociales serán aún mayores. Cuando se trata de abastecer con pipas de agua los sectores que carecen de ella, llegan a haber pleitos por la misma. Al final, los que acabarán sacando provecho de esto serán las personas que tienen el poder, los ricos y los políticos.

El Estado debe regular el agua, pero de forma transparente. Y lamentablemente no es así.