La naturaleza es un pozo infinito de ideas inspiradoras, en la cual siempre descubriremos algo nuevo, aunque ya hayamos estado en el mismo lugar muchas veces.

(EN NEWS) —Desde tiempos antiguos y aún más atrás la naturaleza ha sido motor de la creatividad para los artistas. Desde el arte rupestre hasta el realismo, el impresionismo, el clasicismo, las vanguardias y lo contemporáneo la naturaleza ha sido musa de grandes obras.

Como no considerarlo si nos rodea en su mayoría y no dejará nunca de sorprendernos por más veces que lo hayamos visto. Los cambios de estación nos brindan una gama de cuadros visuales dignos de reproducir a través de una pintura, fotografía, escultura, intervención de elementos, y mucho más. Hay miles de posibilidades en ella para satisfacer la inmersión en un proceso creativo sumamente interesante.

Como artista considero que la naturaleza es un pozo infinito de ideas inspiradoras, en la cual siempre descubriremos algo nuevo, aunque ya hayamos estado en el mismo lugar muchas veces.

En esta ocasión, siendo el primer día de primavera en el hemisferio occidental y al ritmo de Antonio Vivaldi deseo hacer homenaje a obras que a través de la historia han prevalecido y fueron inspiradas por esta hermosa estación.

Con la primavera renace el año. Aumentan las temperaturas, las horas de sol, crecen las flores, brotan de nuevo las hojas de los árboles, los pajaritos bailan y cantan animosos y así decimos un breve adiós al blanco invierno.

Los colores de la nueva estación nos esperan y toda la carga emocional que conlleva ese cambio ha desembocado en algunas de las grandes obras de la historia de la música, pintura, escultura… no hay estilo que no se haya visto influenciado por la hermosa primavera.

En el caso de la pintura, el renacentista italiano Sandro Botticelli creó la obra maestra “Alegoría de la Primavera” entre 1480 y 1481 obra hecha al temple de huevo sobre tabla mide 203 centímetros de alto y 314 de ancho.

También llamó la atención de otros maestros como Pieter Brueghel con su obra “La primavera”, 1600 aproximadamente, Claude Monet “Primavera”, en 1873, y “Primavera en Giverny”, en 1900 o Paul Klee “Arbustos en la primavera”, 1925 y en “Huerto en primavera” 1881, Alfred Sisley inmortalizó un huerto florido.

Agreguemos, “El Paseo a orillas del Sena” cerca de Asnières de Vincent Van Gogh en 1887, “La Primavera” del artista ruso de vanguardia Kazimir Malévich 1904, “Brotes de manzana primaverales” de John Everett Millais 1858-59 o “Una canción de primavera” de John William Waterhouse en 1913.

En la escultura destaca “La eterna primavera” del artista Auguste Rodin la cual ha sido la obra que más dinero ha generado en una subasta. La estimación inicial era de entre 8 y 12 millones de dólares, pero las pujas en la casa Sotheby’s alcanzaron los 20,4 millones. Esta obra se realizó a partir de un solo bloque de mármol blanco entre 1901 y 1903.

Aparecen los personajes mitológicos de Dante Paolo y Francesca, condenados a permanecer sellados hasta la eternidad.

Dentro del mundo de la música no podemos dejar de mencionar con honores la maravillosa composición de Antonio Vivaldi “Las cuatro estaciones” es quizás la primera obra que viene a nuestra mente. Vale la pena mencionar que el compositor italiano incluyó esta obra en II cimento dell’armonia e dell’inventione (La prueba de la armonía y de la invención), un conjunto de doce conciertos para violín, flauta y oboe solista escritos entre 1723 y 1725.

En nuestros días, la conciencia colectiva en la búsqueda de potencializar la relación arte-naturaleza intenta entablar un diálogo más cordial y directo y una aproximación respetuosa hacia el entorno. En ese sentido, la expresión artística ha creado una vía de entendimiento con la que se pretende mejorar la comunión con la naturaleza.

Esta área se ha convertido en objeto de creciente investigación tanto teórica como práctica, lo que permite hallar en el arte contemporáneo una amplia variedad de obras que dialogan con la naturaleza sea de forma profunda e íntima.

Por ejemplo, el fotógrafo artista coreano Myoung Ho Lee en su obra “Tree” retrata árboles en su entorno simplemente poniéndoles un lienzo blanco detrás. Con esto consigue darle una individualidad y personalidad a cada árbol, la cual podría pasar desapercibida en una foto tradicional de un bosque.

Asegura que “No hay dos árboles iguales”. Demos la bienvenida al color y la buena energía a una estación que nos trae renovación de emociones, ideas y nuevas propuestas artísticas.