Informa Dacxilia Deras, corresponsal EN News, Nueva York

(EN NEWS) –La noche de este 1 de septiembre se hizo sentir la furia de la tormenta IDA en los estados de Nueva York y Nueva Jersey, dejando a su paso casas y negocios inundados, vehículos dañados a lo largo de las carreteras, e incluso luto en muchas familias.

La histórica noche fue de mucha actividad entre vecinos tratando de sacar el agua de los Basements o sótanos inundados, el ruido de las bocinas y sirenas no se hicieron esperar como mensajeras de un estado de emergencia; definitivamente comenzaba el caos.

Cerca de la media noche se veía un panorama poco alentador para muchos; siendo Nueva York una ciudad de continua actividad las 24 horas del día, había emergencia en las estaciones subterráneas de tren, y las calles parecían lagos y ríos naturales con vehículos a la deriva.

“Esto no había ocurrido desde el huracán Katrina, pensamos que iba a ser algo igual, realmente temíamos lo peor” comentó una de las habitantes sobre la calle 80 del Valle de Glendale en Queens, donde se vivió el azote más intenso de Ida.

Constituye una de las vías principales de acceso ubicada en una zona residencial de clase media baja. “Mi casa también se inundó, pero fui testigo y participe del trabajo comunitario en la zona, tratando en equipo de ayudar a los mas afectados”, agregó otro ciudadano afectado.

Sin embargo, la solidaridad en equipo fue sorprendente en una cadena humana usando desde cadenas para sacar el agua a cubetazos de las casas hasta el rescate de personas de sus vehículos; muchos no se conocían o hablaban el mismo idioma, sin embargo, se unieron para afrontar un latigazo en común del despiadado huracán.

Definitamente fue una noche poco usual y de mucho nerviosismo, como antesala de un día hermoso y soleado con la brisa típica de otoño.

Se puede pensar que la despedida del verano en Nueva York fue de impacto en una noche histórica de nerviosismo extremo que quedará en el triste recuerdos de una gran ciudad cosmopolita.