Dedicado a Edi Marcela, para evitar la violencia de género
Licda. Verónica España, en colaboración para EN News
Mientras este día se le grita al mundo que hay que erradicar la violencia contra las mujeres, en todas sus formas; a ti, Edi Marcela, te enmudecieron violentamente hace cinco años. Y el 25 de noviembre de 2016 fuiste sepultada en medio del dolor y llanto de los que te conocimos…y ahí comprendí, desahogándome con mis lágrimas, que más allá de los discursos o actividades que se hacen en pro de los derechos de la mujer: hay que actuar, solidarizarnos y ayudar.
Hoy 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Fue implementado en 1999 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, impulsado por el asesinato de unas hermanas dominicanas, que representan a un gran número de mujeres que han tenido muertes violentas alrededor del mundo. Edi Marcela fue una de ellas.
(Edi Marcela QDDG)
Yo había conocido a mi amiga Edi Marcela en el 2014, cuando llevábamos a nuestras niñas a sus clases de ballet. Resultaba reconfortante saber que nuestras vidas coincidían en muchos aspectos: ella estaba separada del padre de su niña, igual que yo; nuestras madres: maestras; y Dios, nuestra principal fortaleza.
Recuerdo perfectamente cuando nuestras niñas salían corriendo de sus clases, siempre las recibíamos con los brazos abiertos a las dos y se nos hacía como un abrazo grupal. Tuve la fortuna de conocer la dulzura de los sentimientos de Edi Marcela.
La última vez que la vi con vida fue el 17 de noviembre de ese 2016, ese día era mi cumpleaños y tengo tan presente su voz, -que hace eco en mi mente-, su fuerte abrazo y lo que me dijo: “Felicidades, solo quiero que luches por ser feliz”.
Luego de esa maravillosa felicitación, Edi Marcela me contó que asistiría a una boda el fin de semana que se aproximaba. Lamentablemente no alcanzó a llegar a ese evento pues cuando se dirigía hacia ese lugar, fue asesinada.
Después de esperar y orar para que se esclareciera el caso, recientemente llegó la justicia terrenal y su ex esposo, padre de su niña, fue condenado a 35 años por el crimen. Se que nada le regresará la vida a mi amiga, pero hay cierto alivio saber que su asesinato no quedó en la impunidad. Ahora solo nos queda la Fe del reencuentro, de volverla a ver en un mundo mejor, en el Paraíso, donde ya no hay más lágrimas ni dolor.
Nuestras niñas, que tienen la misma edad, siguen siendo amigas… cuando se ven, se abrazan y juegan, y confirmo que solo Dios puede reconfortar los corazones. La hijita de Edi Marcela vive con su abuelita materna, una noble mujer, quien ahora también es mi amiga.
Los recuerdos de su vida y de su muerte siguen frescos, presentes. Solo espero que ya no haya más Edis Marcelas que llorar y todos debemos abonar de cierta forma para lograr este objetivo: no permitiendo, colaborando, escuchando, preguntando.
Edi Marcela: aunque tu vida fue corta, has dejado un legado de amor y valentía, y marcaste el corazón de todas las personas que tuvimos la fortuna de coincidir contigo en este mundo.
Al finalizar ese año 2016, la obra de la clausura del ballet no estuvo completa. Faltaba, entre el público, Edi Marcela; y su niña, en el elenco. Pero parecía que cada paso de ángel de las pequeñas baletistas, evocaban el nombre y esencia de esta hermosa mujer, de Edi Marcela. Era como un homenaje póstumo a mi querida amiga.