Lic. Juan Ramón Ardón
para EN News

Al cerrar el año 2021, es importante hacer un análisis de geopolítica mundial que nos permita entender los grandes sucesos en este año y de alguna manera, prever los futuros acontecimientos del 2022.

El nuevo orden mundial avanza hacia el logro de su meta final que es el cambio del viejo sistema en decadencia.

Actualmente muchas guerras se ejecutan mediante actos no bélicos; nos encontramos en máxima guerra de maniobras en diferentes lugares Como lo es Europa del este, donde en ese frente se juega el todo por el todo.

Tanto la OTAN como la Federación Rusa están frente a frente, bajo la premisa de que Ucrania se une a la OTAN y Rusia por su lado ve este movimiento como un asunto de seguridad nacional pero en el fondo, la OTAN reacciona al expansionismo económico que ha presentado la Federación Rusia en importantes sectores estratégico como lo son el mercado de Energía Fósil (Gas y petróleo) y Armas de avanzada.

En la línea Roja cerca de Ucrania y Georgia se ha colocado armamento estratégico supersónico de parte de Rusia y Crimea; Ucrania espera una invasión y han pedido ayuda a la OTAN para prevenir la anexión de esos territorios por parte de Rusia.

La federación Rusa también está queriendo anexar ese conjunto de países balcanizados en la caída del imperio Soviético.

La anexión de estos países implicaría pagar menos impuestos en el tránsito de gas y petróleo para abastecer a Europa.

La OTAN lo que pretende es mermar la influencia economía rusa en Europa y cortar el oleoducto de gas y petróleo que pasa por ucrania hasta conectar con Europa central; dicho oleoducto abastece países como Alemania, Francia, Hungría, hasta llegar a España.

Con la cortada del oleoducto, la OTAN pretende quitarle fuerza económica a Rusia que con su buena economía, le ha permitido seguir a la vanguardia de innovación y ubicarse también como el primer ejercito tecnológico del mundo y como la principal potencia energética que abastece Europa;

Esto lleva a negociaciones con EEUU (el mayor socio de la OTAN). De no alcanzar acuerdos políticos en las negociaciones, podría desencadenar una guerra que iniciaría regionalmente en Europa del este; luego extenderse en un ataque más generalizado en varias vías como lo son el mar de china (sobre todo vía Taiwán) y el estrecho de Ormuz.

Luego en el Medio Oriente (donde el imperio Estadounidense todavía tiene aproximadamente unas 660 bases militares) para responder de forma mediática, con sus aliados al primer Ejercito del mundo.

Con estas activaciones bélicas, entraría en juego de manera inmediata el segundo Ejército del mundo como lo es China Popular que tiene fuertes lazos comerciales y de cooperación con Rusia; además a este eje de China y Rusia, también se uniría Irán en el medio oriente para apoyarlos.

La hipotética guerra sería corta pero devastadora; mínimo duraría entre tres y diez días, se sentiría en todo el planeta por lo avanzado de las armas tecnológicas; no se descarta el uso de diversas tecnologías (nucleares, hipersónicas, químicas, biológicas, cibernéticas, ataque energético….).

Bien decía una frase célebre de autor desconocido, que posiblemente sea Albert Einstein: “No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”.

Actualmente, se rumora que hay negociaciones en que se han sumado organizaciones de la elite mundial y supuestos seres extraterrestres encarnados en humanos; dicha reunión fue en la Isla De Rothschild (Antártida), donde se presume que hay un portal a otros mundos.

En dicha reunión se propuso una salida negociada en el reseteo mundial con miras a que no sea estrepitosa la caída de las bolsas del mundo, y que no haya guerra mundial para dar el paso al nuevo sistema emergente.

El traspaso de sistema incluye teatro de guerra y la guerra económica que también hace lo suyo en materia monetaria; el 2022 puede ser también el año en que el yuan digital de China se extienda por todo el mundo, una criptodivisa respaldada en Oro y los bancos centrales del planeta salgan con sus activos digitales respaldados en oro y pongan en aprietos a las criptomonedas sin respaldo en oro y su consecuente debilitamiento en el planeta.

Todo esto llevaría a una crisis global al planeta, en materia ambiental, crisis alimentaria, crisis financiera, sobre todo a los países alineados con el viejo Orden Mundial debido a una gran transición nunca antes vivida.

Estaría por verse que el viejo orden mundial firme el acta de rendición sin una guerra bélica para dar paso al nuevo bloque dominante en todo el mundo representado por Rusia, China, Irán e India que se ha sumado en los últimos años con su pujante innovación tecnológica.

Este proceso de pandemia ha acelerado la transición de sistema y ha provocado, asimismo, daños colaterales en el mundo; crisis energética, desabastecimientos en la cadena de suministros mundial, inflación acelerada, entrada del sistema financiero quántico.

En otros post, se detallará más a profundidad los elementos que componen el nuevo Orden Mundial y sus consecuencias planetarias.