Cargando ahora

Japón al camino inevitable del servicio de taxis aéreos

Actualmente hay hasta 100 proyectos de coches voladores en marcha en todo el mundo.

Informa: Carlos Armando Alas

El éxito de SkyDrive en la realización de una prueba piloto de eVTOL indica que los vuelos de corta distancia están cerca de ser una realidad comercial en Japón, cuyas autoridades quieren introducir el servicio el próximo 2023.

El año pasado, la revista IEEE Spectrum informó sobre la iniciativa público-privada de Japón para crear una nueva industria en torno a los vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) y los coches voladores.

Desde entonces, la start-up SkyDrive Inc. ha dado una conferencia de prensa para presentar su prototipo de vehículo y mostrar a los periodistas un vídeo grabado tres días antes en el que se ve el aparato realizando un vuelo de prueba delante de sus empleados e inversores.

El elegante eVTOL monoplaza, bautizado como SD-03 (SkyDrive de tercera generación), se asemeja a un hidroavión sobre esquís y pesa 400 kilogramos. El cuerpo está hecho de fibra de carbono, aluminio y otros materiales elegidos por su peso, equilibrio y durabilidad.

La aeronave mide 4 metros de longitud y anchura, y unos 2 metros de altura. Durante el funcionamiento, el cabezal de la nave se ilumina con luces LED blancas; alrededor de la parte inferior hay luces rojas que permiten ver el vehículo en el cielo y distinguir la dirección en la que vuela la nave.

El SD-03 utiliza cuatro pares de rotores coaxiales accionados eléctricamente, con un par montado en cada cuadrante. Estos permiten un tiempo de vuelo de 5 a 10 minutos a velocidades de hasta 50 kilómetros por hora.

“Las hélices de cada par giran en sentido contrario”, explica Nobuo Kishi, director de tecnología de Sky Drive. “Esto anula el par de la hélice”.

Además, se consigue un diseño compacto, “por lo que todo lo que necesita la nave para aterrizar es el espacio de dos coches aparcados”, añade.

Pero a la hora de dar más detalles sobre el sistema de propulsión, Kishi se negó, diciendo que es un secreto comercial que supone una ventaja competitiva.

 

 

Lo mismo ocurre con el sistema de almacenamiento de energía de la nave: Aparte de revelar que el taxi volador utiliza actualmente una batería de polímero de litio, también mantiene la confidencialidad de los detalles sobre la cadena cinemática.

La necesidad de mantener el secreto se debe a la capacidad restringida de la tecnología.

“La energía total que puede almacenarse en una batería es un factor limitante importante”, dice Steve Wright, investigador principal de sistemas de aviónica y aeronaves de la Universidad del Oeste de Inglaterra.

“Por eso, prácticamente todos estos proyectos se dirigen al mercado del aerotaxi en las megaciudades”.

El vídeo de SkyDrive muestra al SD-03 despegando verticalmente y luego realizando maniobras mientras flota a dos metros del suelo alrededor de un recinto con red.

La nave se desplaza a velocidad de paseo durante unos 4 minutos antes de aterrizar en un punto designado. Para la supervisión y el apoyo, los ingenieros utilizaron un sistema adicional de control asistido por ordenador para garantizar la estabilidad y la seguridad de la nave.

En su intervención en la rueda de prensa, Tomohiro Fukuzawa, director general de SkyDrive, estimó que actualmente hay hasta 100 proyectos de coches voladores en marcha en todo el mundo, “pero sólo unos pocos han tenido éxito con alguien a bordo”, dijo.

Además, señaló que Japón va a la zaga de otros países en el sector de la aviación, pero destaca en la fabricación de coches. Dadas las similitudes entre los coches -especialmente los eléctricos- y los VTOL, cree que Japón puede competir con empresas de Estados Unidos, Europa y China que también están desarrollando eVTOL.

Los avances de SkyDrive han animado a nuevos inversores de capital riesgo a subirse a bordo y casi triplicar la inversión hasta un total de 5.900 millones de yenes (56 millones de dólares). Entre los inversores originales se encuentran grandes empresas que vieron la oportunidad de entrar en la planta baja de una nueva y prometedora industria respaldada por el gobierno.