Importancia social de trabajar las bases del aprendizaje para resultados que marquen la diferencia a nivel país

Arq. Tony Alemán, escritor, poeta, gestor cultural y colaborador para EN News
Desde París, Francia

Para hacer planear los pueblos sobre mejores derroteros, abarcando todas las áreas del crecimiento humano, es justo y necesario crear las bases que vayan desde su primera infancia, rompiendo los esquemas hasta hoy impuestos, sin más objetivo que aquel incapaz de lesionar intereses de sistemas de dominio, que no han permitido escalar en la tabla de valores humanos.

Un país no tendrá un artista plástico medianamente respetable si desde su niñez no es inducido a demostrar sus cualidades; hay países donde los niños son llevados a los centros de instrucción desde a los dos meses de edad y cuando ya pueden «gatear» son capaces de dirigirse al punto que les atrae.

Significa que ya aprendieron a reconocer espacio y lo que contiene, de manera que a los dos años son expertos y saben que en ese lugar donde está pintada una mariposa, es ahí donde está lo que necesita, si le cambian de lugar su objeto, seguramente lo encontrará…

Es así como nacen los artistas en todas las áreas…un poeta ya trae en sus genes «el punto» literario y solo se desarrolló mediante un estímulo controlado; por eso es que en lo personal, no creo que en los talleres se pueden crear poetas y escritores, porque «se nace o no es».

En los talleres se pueden compartir normas, reglas, pequeños tips pues hay que decirlo: muchos escribimos sin el mínimo conocimiento y necesitamos ser sinceros, entendiendo la importancia de un taller, pero nunca decir que se está enseñando a escribir poesía, a ser poeta…claro, algunos no estarán de acuerdo con mi postura.

Sin embargo, es lo mi opinión personal. En cuanto a las artes plásticas, es igual, pero en ambas debe jugar un papel importante el estímulo que se haya recibido pues a los 8 o 10 años, es posible saber con exactitud las inclinaciones de un niño.

En ese sentido, lo más probable es que tendremos ciudadanos apasionados por lo que son y lo que hacen, mostrando ese orgullo propio de quién se sabe en la senda correcta y esto difícilmente los llevará al fracaso y por ende el país, el entorno, tendrá cambios relevantes hacia el progreso anhelado.

Es triste a lo largo de nuestras vidas encontrarnos con personas con el valor de ejercer una actividad que no les agrada pero que es su «Modus Vivendi”, ejemplo fatal es el de un maestro, por ejemplo, de lenguaje, dando clases de literatura y que el mismo confiese que no le gusta leer.

¿Qué clase de ciudadanos nos está ayudando a formar? Por estas cosas, nuestra sociedad va en retroceso en cuanto a sus valores y creencias, cayendo en la anarquía de pensamiento que le permite absorber toda la basura producida por el mundo, en una falsa muestra de libertad.

Los gobiernos están llamados desde siempre a ser tamizadores del talento (si es que desean tener un pueblo culto y no uno adobando sus miserias) de una manera integral, enseñando desde la raíz la importancia de la preservación patrimonial antes que implementar estadios para los cuales no existe una preparación previa.

No se puede sólo aplicar pintura en las deficiencias, hay que sacarlas con furia…para hacerlo, se necesita invertir y es aquí el real problema; no hay infraestructura adecuada física ni pedagógica y lo que se hace es «remendar» sobre lo que en otras partes es obsoleto. Si nos enfocamos en el caso especial de nuestro país ¿Cuánto es la inversión gubernamental en cultura y educación? …Bueno.

Recientemente se anunció una inversión de más de $40 millones en infraestructura escolar ( reparaciones, construcción, etc.) está bien, hace mucho no se hacía algo así, pero ¿Y la gente que llegará a «dar clases» ya está adecuadamente capacitada..?

Pues mire usted, hay maestros sin saber usar un triste celular, aparte, nuestros profesionales(no todos) están esperando recibir todo gratis y no buscan la manera de autocapacitarse, pero esto último es también cultural, aspecto del cual hablaré en la siguiente oportunidad.

Por hoy, finalizo diciendo que a estas alturas no vale la pena hablar de atraso cultural en nuestros países tercermundistas, primero porque el término «tercermundista» es una expresión despectiva y mientras nos lo creamos, no superaremos la barrera.

Segundo, hace falta dar el primer paso con intención real de forjar generaciones progresistas; tercero, debemos estar conscientes del largo camino esperado, tomando en cuenta los varios siglos de adelanto en otras latitudes, pero… ¡Comencemos!

Licenciada Dacxilia Deras, Directora sección Arte & Literatura EN News

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