Paul Gerhardt: su Poesía, sus obras

Por: Alma Janet Ardón Meyer, escritora salvadoreña/alemana para “Arte y Literatura” EN News

Hablar, escribir o leer sobre Paul Gerhardt es adentrarse a una época convulsionada de dolor, hambre y miseria, pero también de mucha esperanza, de creaciones literarias que conllevan una belleza para el espíritu. Paul Gerhardt fue un teólogo, poeta, compositor y pastor, –el más conocido de este tiempo. Nace un 12 de marzo de 1607 en Gräfenhainichen, cerca de Wittenberg, Alemania, y muere el 27 de mayo de 1676 en Lübben (región Spreewald).

Fue el segundo de cuatro hijos. El 11 de febrero de 1657 se casó con Anna María Berthold, con quien procreó cuatro hijos. En este siglo no azotó solo la peste que dejo muchas muertes, sino que se vivió una de las más horrendas guerras de la historia, la llamada guerra de los 30 años.

Contienda que se llevó a cabo en el centro de Europa y que en su desarrollo se dan los pleitos por poder político, religioso, económico y por la anexión de territorios.

Por un lado, estaba el emperador católico del Sacro Imperio Romano Germánico, por el otro estaban los protestantes quiénes tenían el apoyo de muchos principados y países.

Ambas partes se enfrascaron en una lucha que alcanzó una connotación mundial en donde terminaron participando en la batalla las principales potencias europeas de la primera época del siglo diecisiete, los territorios de Habsburgo, Francia y Suecia (1618-1648). Estos enfrentamientos fueron tan devastadores que solo sobrevivió la tercera parte de la población siendo el Sacro imperio Romano Germano el más afectado.

Paul Gerhardt era un total desconocido, hasta que di con uno de sus más bellos escritos como es «Geh aus mein Herz und suche Freud”, traducido al español significa: ¡Sal de mi corazón y busca la alegría! Este poema me gustó tanto que lo memoricé, quise saber de su autor, sin conocer el contexto de dolor y desolación que contiene esta obra.

Paul Gerhardt escribió este texto después de que se terminó la guerra, estando toda Europa en puras ruinas, él habla de la florida naturaleza de los pájaros que cantan donde el alma se vuelve plena.

A través de sus escritos, se consoló y dio consuelo a sus contemporáneos, de cuatro hijos solo sobrevivió uno, Paul Friedrich, quedándose solo con su hijo sobreviviente. Gerhard como hijo de su tiempo conforto almas adoloridas, mostró la vida más allá de la muerte, hizo ver lo que sería el reino de Dios a través de la naturaleza.

Después de su estudio en Wittenberg y de su pastorado en Mittenwalde, se mudó a Berlín, ahí se encontró con el cantor de la parroquia luterana Sankt Nikolaus, –en donde más tarde él fue pastor– Johann Crüger. Ambos se hicieron muy buenos amigos y trabajaron juntos en la producción musical-sacral.

A Crüger es de agradecerle el gran legado poético-musical de Paul Gerhard. En 1640 Crüger publicó el más importante libro de himnos religiosos del siglo diecisiete «Praxis pietatis melica» –práctica de la piedad en la canción–, que incluía quince himnos de Gerhardt, por el mismo Crüger musicalizados. El himnario vigente de la Iglesia Luterana contiene veintiséis himnos de Paul Gerhardt, también hay cánticos de él en el himnario católico.

Para mí fue de mucha alegría al incorporarme a un coro de la iglesia evangélica luterana de Obernburg, –el lugar en cuál resido aquí en Alemania– Y cantar los solemnes y esperanzadores corales de este gran compositor.

Como poeta es conocido, pero es a través de la música que es más acreditado, sus obras abarcan 139 letras de corales y poesías, su poesía es un diálogo con Dios, buscó dar confianza a los humanos, con una espiritualidad eclesial y personal.

Su lírica emplea una fraseología cargada de imágenes, trata de la iglesia, de los días y las estaciones del año, de la vida conyugal y familiar en todas las circunstancias adversas. Su lírica marca el principio de una nueva forma de hacer poesía que más adelante perfeccionaría Johann Wolfgang von Goethe.

Con los descubrimientos de los oratorios de Johann Sebastian Bach por Félix Mendelssohn Bartoldy 1809-1847) se dio la oportunidad de presentar de nuevo los corales de Gerhardt, como por ejemplo “Oh Haupt voll Blut und Wunden” ¡Oh cabeza llena de sangre y heridas!

“¡Oh cabeza llena de sangre y heridas, de dolor y de ignominia llena!
¡Oh cabeza sometida a burlas con una corona de espinas!
¡Oh cabeza, antes adornada con la más alta gloria y honor, pero ahora tan ultrajada, ¡yo te saludo!”

Muchos de sus obras son bien escuchadas y popularizadas «Du meine Seele singe” –Tu mi alma canta–, «Die güldne Sonne» –El sol dorado–, “Lobet den Herren, alle die Ihn ehren» –alabad al señor todos los que le honran–, «Ich steh an deiner Krippen hier» –Estoy parado aquí junto a tu cuna.

Su poesía, su canto han sobrevivido a los tiempos, se han vuelto puentes confesionales y lingüísticos, él se ha convertido en un poeta y compositor ecuménico de carácter mundial, sus obras se han traducido al holandés, francés, inglés y español, así como lenguas africanas y asiáticas.

En el tiempo de pascua acá en Alemania, se escucha bastante sus corales en la pasión de Bach, las salas de conciertos, las iglesias se llenan de personas que aman la música clásica, la música sacra y que buscan un aliento y regocijo para el alma.

Su poesía y su música acompaña al creyente durante todo el año litúrgico, pues sus obras fueron compuestas para todas las épocas del año. Paul Gerhard vino al mundo occidental para eternizarse, para mí el mismo fue poesía y música.

Él sufrió en carne propia los estragos de la guerra, vio cientos de personas morir por la peste, por el enfrentamiento bélico y el hambre. Él enterró a su hermano, esposa y sus tres hijos, su padre murió cuando él tenía doce años y nunca decayó en su fe, pese a que él personalmente también lucho con fuertes depresiones, posiblemente como efecto de tanto dolor y luto que le tocó vivir.

Su lugar de origen quedo en ruinas después de la guerra. De tanto dolor y tanta carencia creó la más bella poesía extrayendo de la maldad lo más hermoso del alma, eso es lo más esperanzador y lo estético de su arte.

Paul Gerhard sigue estando tan presente, sobre todo en este contexto de guerra por el cual está pasando Europa y el virus covid-19 que ha cobrado muchas vidas y sigue azotando a nivel mundial.

Los órganos entonan su música, los coros cantan sus himnos en armonía musical, él sigue consolando a los que están en duelo en ritmos lentos y solemnes como un regalo de confianza a los que tienen pena.

Sus trabajos gozan de muchas composiciones que han surgido a través de los siglos. Muchas calles y avenidas llevan su nombre, nos hacen, evocar a un hombre, a un poeta, compositor, quien fue plenamente pacífico, como lo muestran sus himnos.

(Marina Sigüenza, Directora Sección Arte y Literatura EN News, Derechos Reservados 2022).

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