Cargando ahora

Cientos de personas han sido estafadas con venta de plazas en el Seguro Social

 

(EN NEWS)- Al menos unas 300 personas son las que cayeron en las redes de un grupo de estafadores que ofrecían plazas en el Seguro Social y pagaban entre $50 a $ 1, 800 por  un puesto  de trabajo en el ISSS. Esta mafia embaucó a varias personas que ya pusieron avisos a la Fiscalía.

De acurdo a una investigación de El Diario de Hoy, las víctimas mostraron documentos, fotografías y capturas de pantallas de Whatsapp, donde se evidencia las fechas y formas en que operó y sigue operando esta red. Las capturas incluyen los teléfonos y nombres de decenas de personas que cayeron en la estafa.

Las víctimas aseguran que dentro de este grupo de estafadores, hay empleados del ISSS, e incluso personal de la Policía Nacional Civil. Entre los centenas de estafados, hay quienes iniciaron este “proceso” para “comprar” una plaza en el ISSS desde hace más de un año.

La persona que era invitada a participar, tenía que hacer un depósito a una cuenta bancaria específica, un número de cuenta que le entregaba su amigo que le tramitaba el trabajo respectivo.

Dicho amigo, luego enviaba la captura de pantalla del depósito bancario y refería el número de teléfono a su “persona líder” asignada, quien procedía a colocar al nuevo participante a un grupo de Whatsapp, que era la herramienta de comunicación para informar a los participantes.

La cantidad de dinero depositado variaba entre, $50 para puestos de oficios varios, hasta de $600 a $1,800 por una plaza como médico o en un cargo de administración, todo dependía de la plaza a la que aspiraba, y ese dinero era visto como un “pago” para “recompensar” a la persona dentro del Seguro por “ayudar” a meterla en el ISSS.

“Nos dijeron que iban a despedir a muchos ancianos que iban a salir por retiro voluntario, que por la pandemia iban a meter más gente, que iban a abrir nuevos seguros… ¡nos vendieron humo! A mi chero que me recomendó se lo bajaron también”, denunció una persona que aplicaba a un puesto de administración.

El Diario de hoy asegura que tiene los nombres completos de las cuatro personas a quienes las víctimas hicieron los depósitos de buena fe, en los últimos meses; así como textos y audios con las instrucciones de las personas líderes.

Los grupos de Whatsapp de los participantes fueron organizados por zona geográfica: había uno para San Miguel, otro para Santa Ana, Sonsonate, Ahuachapán y San Salvador.

Una vez establecidos en sus grupos, las personas líderes de cada grupo anunciaban que cada participante tenía que preparar los siguientes documentos: dos fotos tamaño cédula, copia ampliada al 150% de DUI, NIT y carnet de AFP.

De acuerdo a la investigación periodística, el cerebro de toda la operación es la Licenciada V., un personaje clave, pero misteriosa en esta trama de estafas; muchas víctimas piensan que elegía a sus líderes porque ellos eran parte de la mafia; pero otros aseguran que los mismos líderes terminaron siendo timados también.

La Lic. V era quien elegía, organizaba y se comunicaba con los líderes, y para atraer nuevas víctimas distribuyó y manejó siempre el mismo discurso: si la gestión no avanzaba, a cada persona le devolvería su dinero.

Entre las víctimas consultadas, unos aseguran que pidieron la devolución del dinero, y jamás ocurrió. Otros alegan que conocen a personas que sí recuperaron lo depositado, y que por eso confiaron en este “sistema”.

Las personas líderes convocaban a los participantes en un centro comercial, para llenar documentos; o a veces en chalets o bancas en las afueras del Seguro Social, como en el Hospital de Especialidades. “Todo parecía real, e incluso las personas que llegaban a recibir a los participantes usaban papel con identificativos del ISSS, papelería que aparentaba ser oficial, e incluso formularios que parecían del Ministerio de Trabajo”, señalan.

La estrategia de la estafa era tal que varias veces los supuestos organizadores de la venta de plazas llegaron en ambulancia; siempre portaban carnets del ISSS y hasta gabachas. Incluso les aseguraban que las plazas ya era un método “comprobado y confiable” para conseguir el puesto laboral.

Una de las víctimas asegura que a mediados de 2021, antes de entrar en el juego de la compra de plazas, intentó buscar un puesto con el proceso normal, y  visitó las oficinas del STISSS con ese objetivo. Ahí se le acercó una persona que se vinculó con un sindicato, y le describió exactamente la misma forma de operar, que después se encontró con este grupo comandado por la Lic. V.

Pero la estafa llegaba a tal grado que cuando los que buscaban una plaza llegaban, les decían que podían referir a dos personas más, para que aprovecharan este sistema “garantizado” para lograr plaza en el ISSS.

Hay personas que iniciaron este proceso desde el segundo trimestre de 2021; según los denunciantes, el último grupo de nuevos participantes se formó en noviembre de 2021, cuando según el mensaje que fue trasladado desde la Lic. V. a los demás, “ya todo iba viento en popa hacia el ingreso de todos los involucrados a partir del 3 de enero de 2022”.

Un día antes de esa fecha, inició el nuevo juego de ir moviendo las fechas, siempre con una excusa distinta.

La Lic. V., a través de los líderes, justificó que eran demasiadas plazas y que no podían entrar todas de un solo, sino que tenían que hacerlo por grupo. Así que pidió paciencia y advirtió que la nueva fecha de ingreso se pasaba para el 17 de febrero.

“Pero luego de eso, decía mucha gente que tenía más de un año de estar esperando, y que solo con mentiras los traían”, señaló uno de los denunciantes.

Como estrategia para comprar tiempo y trasladarles calma, la Lic. V. les aseguró que iban a darles un bono de parte del ISSS, y que debían llenar unas nuevas formas para recibir unas capacitaciones.

Cuando los participantes comenzaron a sospechar y averiguar más datos sobre las personas líderes, la Lic. V. y las cuatro personas que recibían los depósitos, se generó molestia general en los grupos de Whatsapp, y aparecieron las advertencias de demandas judiciales.

La Lic. V. había perdido el control de la situación, y tres personas líderes decidieron retirarse.

De acuerdo con los denunciantes, una de estas líderes tenía conexión con Recursos Humanos del ISSS, y otro es un médico que buscaba una plaza en esa autónoma.

Una tercera persona líder, presionada ante el miedo de una demanda colectiva, les confesó en una llamada que había salido del país.

Ante esto, la Lic. V. buscó nuevos líderes de entre los mismos participantes; pero desde marzo pasado, ya no ha contestado los mensajes, ni responde por los depósitos de miles de dólares entregados por las víctimas.

Un denunciante asegura que luego, en el grupo de Whatsapp de los líderes, apareció una nueva persona como administradora, con otro teléfono distinto al de la Lic. V.; y dicha nueva administradora sigue metiendo gente a los distintos grupos, para que depositen el dinero y comenzar la gestión para la compra de la supuesta plaza.

Ante esta incertidumbre, los estafados no se han quedado de brazos cruzados y averiguaron por sus medios que una de las personas que recibía dinero es un policía de una unidad de investigación; asimismo, dicen haber dado con la verdadera identidad de la Lic. V., quien en realidad es una cosmetóloga que vive en Coatepeque, Santa Ana.

Explicaron además que la Lic. V. sí se hizo presente a varias de las reuniones donde repartían fichas y documentos, pero añaden que nunca se quitó la mascarilla y que, curiosamente, siempre usó la misma ropa.

Solo la describen como una mujer pequeña, morena, de pelo oscuro. También le tomaron fotos, las cuales están en poder de El Diario de Hoy, y que no son publicadas para no afectar futuras investigaciones del Ministerio Público, pues varios afectados ya dieron aviso a la Fiscalía General de la República de cómo opera esta red.