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Ernesto Muyshondt continuará en presión

(EN NEWS)- El Juzgado Octavo de Instrucción de San Salvador, rechaza otorgar medidas sustitutivas a la detención del exalcalde de San Salvador Ernesto Muyshondt procesado por incumplimiento de deberes y por apropiación indebida de retenciones o percepciones tributarias.

El juez aceptó realizar una audiencia especial para revisar las medidas, pero al analizar los argumentos de Muyshondt se decidió que debe permanecer en el centro penitenciario de Mariona.

El exjefe edilicio es acusado de incumplimiento de deberes y apropiación indebida de retenciones o percepciones tributarias mientras él fungía como alcalde de San Salvador. Además, es acusado de negociar con las pandillas para obtener apoyo electoral para su partido político en los comicios presidenciales de 2014.

La Fiscalía acusa al ex alcalde de San Salvador de haber entregado $69,000 a las dos pandillas para que sus integrantes y sus familiares votaran por el candidato presidencial del partido ARENA.

Ernesto Muyshondt denunció que ha sido víctima de maltratos en el penal de “Mariona”, donde guarda detención desde hace un año, e incluso, dijo que ha estado a punto de morir en tres ocasiones.

El exedil capitalino brindó declaraciones luego de salir del Juzgado Octavo de Instrucción de San Salvador, donde se realizó una audiencia especial de revisión de medidas, en la que el juzgador le negó el arresto domiciliario gestionado por sus abogados por razones humanitarias de salud.

Muyshondt se quejó de sus abogados y calificó de “pésima defensa”, la efectuada en la audiencia especial de revisión de medidas, al punto de -afirmó- haber tenido él que explicarle al juez su situación de salud. “Este día he sido presentado pésimamente por mi defensa al no haber podido explicar la gravedad de mi situación de la hipoglicemia, la hipertensión y otros malestares que estoy sufriendo”, dijo.

Expuso que sus anteriores defensores dejaron su caso para irse a trabajar con el Gobierno. Señaló que la audiencia especial de revisión de medidas era la última instancia y que pese a demostrar su crítica situación de salud, el juez las desestimó la petición. “No quiero pensar que la pésima presentación de mis abogados fue producto de algo más”.

“Allá (en el penal), la mayoría de gente me trata bien, pero mandan personas a provocarme, a instigarme, a hacerme cosas que van en contra de mis derechos humanos, me han violado todos mis derechos procesales y humanos, y verdaderamente, ya no tengo esperanza en este país, solo una instancia internacional puede hacer algo por mí”, reiteró. Tras su queja, los custodios querían callarlo, pero él se les plantó y les dijo: “Tengo un año de no hablar y tengo derecho a decir lo que me sucede”.