“La Escuela de Atenas”, obra de Rafael Sanzio
Por: Alma Janet Ardón Meyer
Salvadoreña-Alemana para EN News
Me lo imagino trabajando, pintando en su estudio, sudoroso, dándole contorno a un rostro, a un retrato, con su rostro y manos llenos de pintura, su ropa salpicada de colores. Así, en estas circunstancias y en Florencia, pienso a Rafael Sanzio cuando recibió la noticia que debería ir a pintar a Roma. Donato Bramante se lo llevó a trabajar según el deseo urgente del Papa Julio ll, quien buscaba un buen talento que pintara su biblioteca y otras salas más, en la casa de la Vía Giulia.
¿Quién fue este gran personaje? Rafael fue un pintor, arquitecto y poeta del llamado Alto Renacimiento, nacido en 1483 en Urbino, en Perugia, nació probablemente el día 28 de marzo. Su padre Giovanni Santi, fue también poeta y pintor y trabajó al servicio de la familia Papal de los Montefeltro. Su madre fue Maggia di Nicola Ciarda, quien falleció en 1491 cuando Rafael aún era un niño.
Giovanni Santi se volvió a casar con una mujer llamada Bernardina, con quien procreó una hija que murió como niña, cuando Rafael tenía apenas 11 años. El formó a su hijo muy bien que ya a la edad de 14 años Rafael trabajó como colaborador en el taller de Pietro de Cristoforo Vanuche, llamado “Perugino” quien lo formó como pintor llegando a ser su principal ayudante.
Bajo el primado de Roma pinta uno de sus más célebres frescos, la pintura que lleva por título La Escuela de Atenas, obra realizada en 1508-1509 y 1510-1512, con este trabajo de este gran pintor se ocupa este presente artículo. Esta obra es una representación perfecta del clasicismo del Renacimiento en toda su expresión lo que se conoce como “Cinquecento Italiano”.
Esta creación simboliza el matrimonio del arte con otras ciencias, como es la filosofía, la teología, la poesía y la arquitectura, representa el valor del pensamiento científico y la verdad natural, cuyo desarrollo es atribuido a la Antigüedad Clásica.
El asunto en cuestión de la obra es la alegoría de la filosofía o de la sabiduría, y el racionalismo, ello se muestra en la inclusión de una larga lista de filósofos y científicos de diversas épocas donde predominan, en lo absoluto, las figuras de la antigüedad. El tema también es una celebración, una reunión de sabios, pero también es un homenaje a los contemporáneos de Rafael.
En su trabajo este artista expone a grandes pensadores y científicos del mundo clásico, e incluso del mismo Renacimiento. Esta belleza pintoresca adorna las paredes de la llamada Estancia della Segnatura –la sala de las firmas y del protocolo–, junto con otras obras del mismo Rafael, en lo que fue la biblioteca del Papa Julio ll.
Cabe expresar que el Papa significó en este tiempo la cúspide de la carrera de cualquier artista y Rafael aprovechó su oportunidad al máximo; él mostró tanto sus habilidades que pronto desplazó a los demás artistas del proyecto. Este trabajo manifiesta también el intelecto del Papa, de hecho, en esta sala se llevaron a cabo muchas discusiones entre eruditos.
La obra está trabajada sobre un muro, por ende, la técnica empleada es un fresco, Rafael utilizó la pincelada corta, lo cual no se aprecia a simple vista, da como resultado una superficie limpia y tersa. Los contornos están bien marcados y delimitan el campo de colores con precisión. Este trabajo es muy complejo porque entre otras cosas tiene más de 40 personajes, en actitudes y posturas diferentes, también por los diferentes escenarios que dan la impresión de un motivo teatral por sus diferentes grupos de actores, que se muestran dialogando con mímicas y gestos.
El modelado de las figuras está bien trabajado, con el uso de luces y sombras, lo que le da una sensación de profundidad tanto en los ropajes como en los elementos de la arquitectura. La luz está posicionada logradamente, es uniforme y realista y que, aunque parece que emana de lo alto, de lo más central de la cúpula y de la parte trasera, no parece dirigida ni focal, sino natural y difusa. Se utilizaron variados colores, pero domina el blanco y el marfil en la arquitectura. Combina al azul cielo con algunos ropajes lo que da una sensación de serenidad y estabilidad. La ropa de los personajes tiene tonos cálidos destacando así, unos más que a otros.
El espacio está configurado simétricamente, marcado por la distribución de las figuras. La forma de expresión es figurativa y naturalista, aunque algunas figuras tienden al idealismo, otras tienen cara de ancianos. Los cuerpos fueron bien estudiados en su anatomía y evocan más lo que es la belleza de la juventud. Las figuras y su entorno demuestran una nostalgia del mundo clásico en su composición y armonía, emite a través de ellas una sensación de serenidad y equilibrio, los cuerpos son de una anatomía correcta en el sentido que muestran una exactitud.
Al centro están colocados Platón y Aristóteles, Platón lleva en sus manos el “Timeo”una de su más conocido y compleja obra, este pensador señala con su dedo índice hacia arriba, señalando el mundo de las ideas, tema que expone en el “Timeo.”Aristóteles sostiene en su mano izquierda su “Ética a Nicómaco” y señala con la mano derecha hacia lo terrenal, a lo tangible, a lo que él le dedicó tanto tiempo, de esta forma los dos personajes encarnan las dos maneras de llegar al conocimiento de la verdad, como lo son el idealismo y el empirismo.
El color de la vestidura de Platón reafirma el rojo de fuego, y del violeta que simboliza el éter, representando los elementos volubles e impalpables. Aristóteles viste azul y marrón como el agua y la tierra asociándose con los elementos fundamentales de la vida. La dualidad de Platón y Aristóteles se refuerzan con las estatuas de mármol puestas a cada lado, vemos a la izquierda la representación de Apolo, dios del sol, la poesía y la música, a la derecha fue puesta Atenea la diosa de la guerra y la sabiduría.
Surge la pregunta dónde está el tercer filósofo, es decir Sócrates para tener el triunvirato, filosófico conocidísimo de la Antigüedad, a él lo vemos discutiendo con Alejandro Magno, con manos expresivas como sustentando lo que está diciendo, los rodean algunos de sus discípulos.
No obstante, que Rafael da pista de quien es quien, muchos personajes tienen doble identidad es decir pueden tener rostros de otros eruditos, lo que hace difícil la identidad, algo que despierta la discusión de los sabedores del arte. Mirando detalladamente el rostro de Platón, por ejemplo, se observa que la cara es la facción de Leonardo da Vinci, Heráclito está pintado como Miguel Ángel, la obra contiene otros personajes sobre los cuales hay muchas discusiones de quienes pueden ser.
Este fresco nos da un dato curioso, los únicos que miran a los espectadores es el mismo Rafael que está de esquina a esquina con Hipatia de Alejandría, ¿Habrá querido decir algo Rafael? Hipatia, fue filósofa neoplatónica, matemática, escritora, inventora y astrónoma de la antigüedad, seguidora de Plotino, murió a manos de fanáticos cristianos de una forma inhumana.
Por cierto, Hipatia de Alejandría. Es la única mujer a encontrar en este mural y ella encarna, a la que se supone, amante del mismo Rafael, Margherita Luti. Y el pintor mismo encarna a Apeles, quien fue un pintor bien significativo de la antigua Grecia y de toda la Antigüedad, fue contemporáneo de Alejandro Magno.
A través de sus obras se induce que Rafael tenía muchos conocimientos de la historia y, me atrevo a especular que, tenía conocimientos sobre filosofía y poesía, pues haciendo un recorrido por esta obra que nos compete encontramos a: Homero, Epicuro, Averroes, Anaximandro, Parménides de Eleas, Pitágoras, Empédocles, Plotino, Heráclito, Boecio, Alejandro Magno; para mencionar algunos.
(Marina Sigüenza, directora Sección Arte y Literatura de El Norteño News, Derechos Reservados 2022)