Por Oscar Jesús Arevalo, Doctor en Ciencias de la Comunicación, para EN News
“Persuasión”, una versión de Netflix, bajo la dirección de la británica Carrie Cracknell, a pocos días de su estreno se encuentra en medio de reacciones violentas en las redes sociales, acaudillados por los exaltados seguidores de la novela de Jane Austen.
Persuasión, fue la última novela de la escritora inglesa, publicada entre 1815 y 1816.
Según los admiradores de la novelista británica, la nueva película rompió las reglas; entre sus argumentan subrayan que, es una adaptación torpe que pierde los matices de la escritura de la autora y opta en su lugar por una comedia romántica.
La película como la novela comienzan a principios del siglo XIX, cuando la heroína de la historia, Anne Elliot (Dakota Johnson), visita a su hermana Mary (Mia McKenna-Bruce) en la campiña inglesa, después de que su padre dilapidara los ahorros familiares.
Elliot es una mujer soltera que tiene la suerte de ser respetada, o al menos percibida como útil, por sus parientes de sangre azul. Pero en declaraciones directas a la cámara, admite que la atormenta el recuerdo de una historia de amor que la convencieron de terminar con un marinero emprendedor pero desafortunado, Frederick Wentworth (Cosmo Jarvis).
Ahora ella está sola, y su arrepentimiento crece cuando Wentworth regresa al país como un rico capitán naval.
Está ansioso por encontrar una esposa, y si sus ojos se fijan primero en su animada cuñada, Louisa (Nia Towle), su atención siempre parece regresar a Anne.
Al examinar esta nueva versión, es fácil encontrar ciertos resultados diferentes a las fieles adaptaciones de la televisan británica (BBC) de otras historias escritas por Austen como: “Sentimiento y Sensibilidad”, “Orgullo y Prejuicio “y “Emma”; en esta ocasión Cracknell , se ha tomado algunas libertades.
Una de ellas el lenguaje que no concuerda con su entorno.
Es muy extraño escuchar a un personaje en una de las escenas, hacer un punto geográfico sarcástico al anunciar que «si eres un cinco en Londres, eres un 10 en Bath». O salpicar en otras líneas (tipo meme), “Ahora somos peores que los ex. Somos amigos.»
Otra nota discordante, exacerbada por los fans, es que este nuevo ajuste prescinde de la parte lenta de la novela. Mina su tono melancólico al que nos tiene acostumbrados la autora; hacernos llorar no reír.
Pero, lo más impactante es Anne, Mientras Austen en su libro narra en tercera persona con ciertas desviaciones. En este film se utiliza una dirección directa. Lo cual, nos da la oportunidad de excavar la vida interior de la protagonista. Como espectadores nos convertimos en su confidente.
La directora Carrie Cracknell, con este personaje nos manifiesta que, Los libros de Jane Austen no deberían ser textos sagrados para las adaptaciones. En donde por lo general, todas las mujeres se caen, siempre lloran, o se enferma. Por el contrario opta por una calidad mas penetrante, cuestionadora y desafiante, no cabe duda que con Anne le habla a una audiencia joven y mucho mas feminista.
Esta es una de las razones. Pero, a través de este mismo personaje contrasta, además con otras cintas de época. No hay, al menos en exceso, mansiones extravagantes, trajes brocados y magníficas vistas. Menos adornos, lo que importa es la persona y su yo. Es una liberación.
Todos esos elementos como es natural tensan el material fuente del siglo XIX expuesto de una forma reprimida, pasivo- agresiva, un enfoque adecuado a la sociedad de la época georgiana; a un salto creativo para cruzar la historia al presente.
