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Bancoagrícola aumentó en un 30% el financiamiento al sector productivo e inversión climática, tras alianza con IFC

(EN NEWS)- En la apuesta por un El Salvador más productivo, en 2020, Bancoagrícola buscó un crédito con la Corporación Financiera Internacional (IFC), miembro del Grupo del Banco Mundial, para contribuir a la recuperación de la economía salvadoreña y continuar movilizando su propósito de promover el desarrollo sostenible del país.

Gracias a la alianza con IFC, en los últimos dos años, Bancoagrícola aumentó en un 30% el financiamiento dirigido a MiPymes, empresas lideradas por mujeres e inversiones climáticamente inteligentes, ayudando con ello a disminuir las barreras de acceso a financiamiento para estos segmentos desatendidos.

“Es sumamente gratificante ver como nuestras inversiones están contribuyendo a reducir la brecha de financiamiento en estos segmentos.  El aumento en los créditos otorgados por Bancoagrícola a los segmentos de Pymes, Pyme mujer e inversiones climáticas comprueban que alianzas como esta, acompañadas de la asesoría técnica necesaria, si pueden traducirse en oportunidades y mejor calidad de vida para las personas”, apuntó Sanaa Abouzaid, Gerente de IFC en Centroamérica.

El nuevo paquete de financiamiento movilizado por IFC con fondos de inversionistas internacionales por US$70 millones se suma a los USD$282.5 millones otorgados a Bancoagrícola en 2020, mismo que también incorporaba fondos de cuenta propia. A los inversionistas internacionales que participaron en la transacción original, Invest in Visions y Triodos Investment Management, se sumaron Banco Latinoamericano de Comercio Exterior (Bladex), ILX y el Eco Business Fund.

 

“Como el banco de los salvadoreños, reconocemos nuestro compromiso y responsabilidad, y por eso, queremos contribuir con este tipo de apoyo financiero, especialmente al sector productivo. Más del 30% de la fuerza laboral formal de nuestro país es generada por micro y pequeñas empresas; apoyarlas con herramientas y protegerlas para asegurar su permanencia y la conservación de empleos en el país es una prioridad para nosotros”, dijo Rafael Barraza, presidente ejecutivo de Bancoagrícola.

Marcelo Castellanos, Gerente del Grupo de Instituciones Financieras de IFC en Latinoamérica y el Caribe, resaltó que la alianza IFC-Bancoagrícola tiene un efecto demostrativo al “probar la viabilidad de invertir en mercados emergentes”. En ambos paquetes de financiamiento de IFC a Bancoagrícola, se han movilizado más de USD $120 millones de otros inversionistas. “Nuestro principal rol es abrir camino a otros jugadores del sector privado para atraer más capital a países como El Salvador, demostrar que hay un caso de negocio en este tipo de inversiones que dinamizan la economía y generan empleo”, agregó Castellanos.

Como parte del Grupo Bancolombia, el objetivo del banco es ser una plataforma para impulsar una prosperidad duradera, en equilibrio con el entorno, y ser un motor de bienestar; propósito que comparte con IFC. Ambas entidades buscan promover la economía local e impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En ese sentido, se identificaron tres frentes en los cuales se puede generar mayor impacto para apoyar a dichos segmentos:

  • Fortalecer el tejido productivo: ayudando a que se vuelva más sólido, diverso y a proveer empleos dignos para que las personas puedan desarrollar sus capacidades y generar ingresos.
  • Construir ciudades y comunidades sostenibles: para lograr que cada vez más personas accedan a viviendas dignas; ayudar a desplegar soluciones de movilidad con menor huella ambiental; y apoyar a las industrias altamente contaminantes en su proceso de descarbonización.
  • Fomentar la inclusión financiera: facilitando el acceso a productos y servicios bancarios y brindando educación financiera para contribuir a la formalización de la economía. Especialmente a mujeres empresarias que ganan participación en la actividad productiva del país y para quienes sus negocios son una oportunidad de generar ingresos y bienestar para sus familias.

En El Salvador, solo un 40% de las MiPymes tienen acceso a un préstamo bancario o una línea de crédito.  Las barreras son aún mayores para las mujeres, con sólo el 23% de ellas con acceso a una cuenta bancaria.  A pesar de la alta tasa de urbanización del país, a los salvadoreños de ingresos bajos y medios se les dificulta obtener préstamos hipotecarios asequibles.

Sabemos que muchos salvadoreños se enfrentan a grandes retos; por eso, queremos garantizar que nuestras acciones contribuyan con la reactivación económica, y esto será posible gracias al financiamiento que recibimos de IFC. Estamos muy agradecidos y sumamente y orgullosos de que organismos como IFC sigan confiando en Bancoagrícola y el país”, finalizó Barraza.