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La Formación Profesional Universitaria se construye en el Campo y no en oficina

Fotorreportaje: Wilfredo Díaz en colaboración para EN News

Cuando hablamos de Ingeniería Agronómica como carrera, nos referimos a un conjunto de conocimientos académicos, que involucra la práctica de la agricultura y ganadería, con el objetivo de mejorar la calidad, los procesos de la producción y transformación de productos agrícolas y alimenticios.

La agricultura es vida, trabajo, sabiduría, profesionalismo y el eje central de cada país, sin ella, nadie en el mundo podría sobrevivir. Desde ahí, se tienen cultivos alimenticios para el ser humano y animales. Es un conjunto de actividades y conocimientos desarrollados por el hombre o mujer, destinados a cultivar la tierra y tener un producto para la alimentación.

La producción agrícola, se ocupa del desarrollo sostenible de los cultivos, cosechas, cuido de bosques, cría y desarrollo de animales. Es importante para la economía de muchos países en desarrollo, porque genera empleos y da un aporte a la seguridad alimentaria.

Para muchos, cultivar, sembrar y manejar maquinaria pesada en los campos de producción agrícola es una pesadilla, porque se trabaja desde las cinco de la mañana hasta horas bajo un ardiente sol, pero para el que se dedica a la ingeniería agrícola, es vida y orgullo, porque de él dependen los productos agrícolas de buena calidad, que consumimos.

Salí rumbo a la Estación Experimental y de Prácticas de la Facultad de Ciencias Agronómicas, de la Universidad de El Salvador, ubicada en el municipio de San Luis Talpa en el departamento de La Paz, a unos 40 kilómetros desde San Salvador.

El terreno cuenta con unas 143 manzanas, donde los estudiantes de esa Facultad del Alma Mater, realizan prácticas agrícolas (laboratorios), procesos de investigación y de grado o sus horas sociales, como prerrequisito para graduarse.

Es un lugar caluroso, tranquilo, se disfruta de la naturaleza y de ver a los estudiantes realizar una variedad de actividades agrícolas. Los futuros profesionales de Ingeniería Agronómica, Medicina Veterinaria y Zootecnia e Ingeniería Agroindustrial, ahí dan sus primeros pasos en sus áreas de carrera, adquiriendo un poco de experiencia en el campo, acompañados de su docente en su formación académica.

Comienzo a caminar, para ambientarme al fuerte calor. Me refugio bajo unos gigantes árboles y escucho el rugir del motor de unos tractores, se dirigen al predio donde tendrán clases presencial los futuros ingenieros agrícolas. Muchos de ellos, están sorprendidos de estar en el campo, entre animales y la naturaleza.

“Buenos días a todas y todos, soy el ingeniero y docente, Nelson Bernabé Granados, encargado de la materia Maquinaria Agrícola, estamos a la orden para ayudarles. Conmigo se encuentra el ingeniero Rigoberto Urías, quien les ayudará en la materia. Estamos en este lugar, para que conozcan su campo de trabajo y no le tengan miedo al sol.”

“Quiero agradecer al ing. Marvin Escalante, Director de la Estación Experimental, por facilitar la maquinaria agrícola, para que ustedes realicen sus prácticas con precaución, paciencia y sin bromas. Hay que concentrarse, para aprender a manejar el tractor. Ustedes necesitan conocer el equipo, que a futuro utilizaran en sus trabajos, las diferentes interrelaciones entre el suelo, tipos de plantas, la cantidad de agua, atmósfera o condiciones climáticas en las que se debe de trabajar, para garantizar los mejores rendimientos, en armonía con el ambiente”


“Les enseñare las generalidades y el uso del tractor agrícola con sus diferentes máquinas para preparar la cama de siembra, el manejo agronómico y cosecha de los cultivos, como por ejemplo: el arado, las rastra, la sembradora, el cultivador, la asperjadora, la guadaña, la enfardadora, entre otros. En la primera práctica, aprenderemos a conducir el tractor y sacar cálculos de la velocidad de trabajo, para ello, pondremos unas estacas separadas a una distancia conocida y mediremos el tiempo para recorrerla y luego determinar velocidad, utilizando la fórmula distancia entre el tiempo transcurrido para recorrer la distancia conocida”

“En esta materia, desarrollamos de 9 a 12 prácticas de campo, según las condiciones en las que se desarrolle el Ciclo, con o sin interrupciones; como la descripción del taller de maquinaria, conducción de tractores y sus accesorios, motores agrícolas, implementos para las diferentes labores agrícolas; todo con el objetivo de mejorar las condiciones de aireación e infiltración de agua al suelo, mejorar el desarrollo radicular de los cultivos y esperar los mejores rendimientos en la cosecha.

En ese sentido, se desarrollan actividades, como: labor de subsolado, aradura y rastreo de suelos para preparar la cama de siembra y sembrar. Se realiza calibración de asperjadora para la aplicación de abonos foliares u otro agroquímico. La actividad de campo se complementa con la visita a empresas referentes del ámbito agrícola, como los beneficios de café o ingenios azucarero”, asegura el ingeniero Nelson Bernabé Granados, docente de la Facultad de Ciencias Agronómicas, de la UES.

El origen de la maquinaria agrícola, surge en Inglaterra, poco después de la revolución industrial, pasando por varias fases. El hombre pasó a trabajar por sí solo a hacerlo con animales, después con herramientas de madera y hierro.

Experimento una gran evolución en pocos años, dejando atrás aquellos tiempos en los que los padres y abuelos trabajaban en el campo de manera manual y con ayuda de animales importantes como los burros, caballos o bueyes.

Hoy en día, la maquinaria agrícola ha tenido unos avances tecnológicos muy importantes, no solo permite que nos ahorremos horas de trabajo en el campo, sino a mejorar las técnicas de cultivo y producción.

“Este es un día muy especial para mí, llegó mi turno de hacer mis prácticas presenciales y de conducir un tractor por primera vez. Es una experiencia muy linda, hay que concentrarse para no cometer errores. Me temblaba mi cuerpo de nervios. Me subo al tractor, me dan indicaciones de cómo manejarlo, lo arranco y salgo en marcha, hasta dar una vuelta”.

“Mientras yo conduzco el tractor junto al docente, me toma el tiempo, ve mi concentración y destreza, no fue fácil, pero lo logre. Llegaré a casa alegre y a contarle a mi mamá que los sueños han comenzado a tener frutos.

Fue un día genial, en seis horas he aprendido mucho, gracias a los Ingenieros Nelson Granados y Rigoberto Urías, por tener paciencia de enseñar el paso a paso del uso de esta máquina pesada” asegura, Katerin Benítez, estudiante de tercer año de ingeniería agronómica, de la UES.

Seguía en el lugar, bajo un fuerte sol, ya me había tomado dos litros de agua y mi cuerpo estaba empapado de sudor. Mientras yo seguía sudando, los futuros ingenieros agrícolas, seguían con sus prácticas de manejo, desde lejos me decían, Wilfredo venga y haga sus prácticas en este tractor. Había dos grupos de trabajo, unos me animaban a conducirlo, mientras que los otros me decían, que siguiera haciendo imágenes de sus prácticas.

Estaba entre la espada y la pared, tome fuerzas y camine donde estaban los futuros profesionales. Me acerco, me subo a la máquina, recibo indicaciones de cómo conducirlo y manos a la obra. Doy una vuelta y cuando finalizo los estudiantes me recibieron con aplausos. Una experiencia bonita bajo el ardiente sol, solo así comprobé la emoción que sienten ellos al conducir un tractor.

Muchos de ellos, desde un día antes habían preparado sus utensilios de trabajo. Sombreros, botas, ropa indicada y mucha agua para hidratarse, por el fuerte calor que nos acompañó.

Llegó la hora de regreso a la UES, los docentes y estudiantes terminan sus prácticas con una sonrisa, se refrescan, toman sus equipos y salimos rumbo al Alma Mater.

Fotoperiodista Wilfredo Díaz