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Halloween, la historia de la fiesta considerada más “terrorífica” y su relación con el Día de Difuntos

(EN NEWS)—Los inicios de la fiesta de Halloween están ligados a la celebración del día de Todos los Santos, pero sus orígenes se hunden en festividades relacionadas a el fin de las cosecha, el recuerdo de los familiares difuntos y el mundo de los espíritus.

Con las emblemáticas calabazas, vampiros, brujas, esqueletos… Halloween es hoy en día, gracias a la industria del entretenimiento de masas norteamericana, una celebración cada vez más arraigada en todos los rincones del mundo.

 

 

 

La palabra procede de la expresión “All Hallow Eve” (víspera de Todos los Santos) y su origen está muy relacionado con esta tradición cristiana, pero también con creencias paganas.

 

 

 

Halloween constituye una mezcla entre el recuerdo a los difuntos y el consumo de frutos de otoño, típicas de las celebraciones de estas épocas con otras prácticas “modernas”, como el famoso truco o trato o la veneración por monstruos como Drácula o Frankenstein, que el cine han acabado convirtiendo en un fenómeno global.

 

Los expertos dicen que Halloween mezcla también el tradicional recuerdo a los difuntos con el mundo de ultratumba con prácticas modernas como el truco. O trato, originado a inicios del siglo XX.

Este proceso cristalizaba en el mundo celta en el samhain, una festividad de origen druídico celebrada entre el crepúsculo del 31 de octubre y el del 1 de noviembre y que señalaba el inicio del invierno y el año nuevo.

 

Durante este período, los celtas aplazaban su trabajo cotidiano y las leyes de la naturaleza quedaban en suspenso; los humanos podían visitar el mundo de los muertos y los difuntos podían recorrer la tierra, los demonios se manifestaban y las hadas revoloteaban.

En el umbral de las casas depositaban viandas para ofrecerlas a los malos espíritus, de ahí podría proceder el “truco o trato” de Halloween, la costumbre infantil de recorrer los hogares pidiendo dulces.

 

En el mundo de ultratumba romano existían espíritus malvados que guardan razonables parecidos con el imaginario desarrollado en Halloween.

Las fuentes escritas hablan por ejemplo de los larvae, espíritus “que se alimentan de la vida de los mortales” y los maniae, seres que tenían el aspecto de “horribles esqueletos que encienden la locura en los vivos”.