Redacción: Francisco Sura
(EN News) — En el pintoresco municipio de Nahuizalco, dos escuelas comparten un destino entrelazado por la discrepancia de tiempos y recursos. El Centro Escolar Dr. Ciro Brito, afortunado testigo de la atención gubernamental, celebró la inauguración de sus nuevas instalaciones el 5 de marzo de 2023, marcando un hito en las promesas del presidente Nayib Bukele. Sin embargo, a escasas calles de distancia, el Centro Escolar Estado de Israel experimenta un prolongado periodo de espera que ya roza los dos años.
Este contraste se evidencia en la vida diaria de más de 1,360 estudiantes del Estado de Israel, quienes desde febrero de 2022 han enfrentado la disrupción de sus clases. Reubicados en iglesias, el instituto nacional del municipio y aulas improvisadas en colegios privados, el estudiantado espera con paciencia mientras las obras de su escuela languidecen en un compás desigual frente a la Ciro Brito, beneficiada con la presencia presidencial y la promesa cumplida de renovación educativa.
La brecha entre ambas instituciones se ahonda, generando interrogantes entre padres y madres de familia. ¿Por qué el Estado de Israel, pese a iniciar sus obras simultáneamente, aún no ha concluido su proceso de remodelación? La incertidumbre persiste, contrastando la gloria de una escuela renovada con la espera prolongada de otra, reflejo de realidades educativas divergentes en un mismo rincón de Nahuizalco.
