Redacción Francisco Sura

(EN News) El Salvador hizo historia en los Juegos Panamericanos al lograr su primera medalla de oro en la competición. Esta hazaña se materializó a través del tiro con arco, una disciplina que demostró el talento y la destreza de los arqueros salvadoreños, Roberto Hernández y Douglas Nolasco.

En la emocionante final de equipos masculinos de Tiro con Arco en modalidad compuesto, Hernández y Nolasco se enfrentaron a la dupla estadounidense compuesta por Sawyer Sullivan y Kris Schaff. El duelo resultó en una victoria apretada, con un marcador final de 158-156 a favor de los salvadoreños, quienes se alzaron con la medalla de oro.

Roberto Hernández, con esta victoria, escribió su nombre en la historia de los Juegos Panamericanos al ganar dos medallas de oro en dos ediciones distintas de la competición. Su habilidad y determinación en el tiro con arco le han convertido en un referente del deporte en su país.

Sin embargo, más allá de los números y las estadísticas, lo que conmovió a todos los espectadores fue la emotiva imagen que dejaron estos dos arqueros. Fue Douglas Nolasco quien lanzó la flecha que definió y confirmó el oro para El Salvador, y lo hizo ante la atenta mirada de su compañero, Roberto Hernández.

La alegría y la emoción desbordaron a Bobby (como es conocido Hernández), quien comenzó a celebrar unos segundos antes de que la flecha alcanzara su destino. Esta muestra de camaradería y apoyo mutuo hizo que la victoria fuera aún más especial.

La conquista de esta medalla de oro en la modalidad de tiro con arco no solo enaltece el talento de Hernández y Nolasco, sino que también fortalece el espíritu deportivo de El Salvador en los Juegos Panamericanos. El país ya suma a su colección una medalla de bronce, una de plata y esta de oro, y todos los ojos están puestos en lo que otros atletas salvadoreños pueden lograr en las competencias restantes.

Este triunfo en el tiro con arco marca un hito importante en la historia deportiva de El Salvador y refleja el arduo trabajo y dedicación de estos atletas. Sin duda, su victoria inspira a futuras generaciones de arqueros y demuestra que con esfuerzo y pasión, los sueños pueden convertirse en realidad en el escenario deportivo de los Juegos Panamericanos.