Boyas ultrasónicas: La nueva esperanza para el Lago de Coatepeque
Redacción: Abigail Rivera
(ENNews)—Ante la creciente problemática de las algas tóxicas en el Lago de Coatepeque, el gobierno salvadoreño ha implementado una innovadora solución: la instalación de 60 boyas ultrasónicas en puntos estratégicos del cuerpo de agua.
Estas boyas, adquiridas en Holanda por un monto aproximado de $6 millones, emiten ondas ultrasónicas que impiden la proliferación de algas, protegiendo así la calidad del agua y la salud de la población.
Además de las boyas, el gobierno ha desplegado una serie de medidas complementarias, como drones acuáticos para inspeccionar el fondo del lago, sistemas de gestión de aguas residuales que transforman estas aguas en fertilizante y gas orgánico, y la distribución de filtros portátiles para las familias de la zona.
La inversión total en estos proyectos asciende a $6.7 millones, según datos oficiales.
Estas boyas emiten ondas de baja frecuencia que generan un ciclo de presión constante alrededor de las algas, afectando su flotabilidad y evitando que accedan a la luz solar y nutrientes necesarios para su supervivencia. Como resultado, las algas se hunden y descomponen sin liberar toxinas dañinas.
La implementación de esta tecnología no solo busca combatir el problema de las algas tóxicas, sino también monitorear en tiempo real la calidad del agua, el clima y la actividad volcánica. Esta información es crucial para tomar decisiones informadas sobre la gestión del lago y proteger el ecosistema.
A pesar de estos esfuerzos, el Lago de Coatepeque enfrenta un desafío de largo plazo debido a la contaminación histórica y a la presión demográfica. Las comunidades aledañas han denunciado una crisis hídrica y una distribución desigual del agua, lo que subraya la necesidad de continuar trabajando en soluciones sostenibles a largo plazo.
La instalación de las boyas ultrasónicas representa un paso significativo en la recuperación del Lago de Coatepeque. Sin embargo, es fundamental complementar esta iniciativa con otras medidas, como la educación ambiental, la regulación de las actividades humanas en la cuenca y la participación de las comunidades locales.
El futuro del lago dependerá de un enfoque integral que combine la tecnología con la gestión sostenible de los recursos naturales.
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