Redacción: Abigail Rivera

(ENNews)—En un giro dramático de los acontecimientos, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, logró evitar su destitución en una votación de juicio político celebrada este sábado, tras un intento fallido de declarar la ley marcial que desató una ola de protestas y críticas. Sin embargo, el partido gobernante, el Partido del Poder Popular (PPP), ha manifestado su intención de presionar para que Yoon renuncie.

Según medios internacionales, la votación se llevó a cabo en medio de un ambiente tenso, donde solo dos miembros del PPP permanecieron en el parlamento, mientras que el resto de los legisladores boicotearon la sesión. Fuera de la Asamblea Nacional, miles de manifestantes exigían la destitución del presidente, gritando consignas y acusando a los legisladores de ser “cobardes”.

Yoon se ha enfrentado a una creciente presión para dimitir desde su sorpresivo anuncio de ley marcial, que habría sido la primera en más de 40 años en el país. Este intento, que fue rápidamente revocado tras la intervención de los legisladores, provocó una fuerte reacción pública y política. Se espera que la oposición presente una nueva moción de juicio político el próximo 11 de diciembre.

El líder del PPP, Han Dong-hoon, declaró que su partido “seguirá presionando para que el presidente renuncie de manera ordenada” para evitar más confusión. Por su parte, el legislador de la oposición Kim Joon-hyung afirmó que Yoon “está acabado” y que su renuncia sería lo mejor para el país.

En sus primeras declaraciones públicas desde el intento de ley marcial, Yoon se disculpó ante la nación, reconociendo que su decisión había causado “ansiedad y molestias” entre los ciudadanos. “No eludiré la responsabilidad legal y política relacionada con esta declaración de ley marcial”, afirmó en un breve discurso.

El caos político se desató el martes pasado, cuando Yoon, en un discurso televisado, acusó al principal partido de la oposición de simpatizar con Corea del Norte y de llevar a cabo “actividades antiestatales”. Sin embargo, su intento de imponer la ley marcial fue anulado en cuestión de horas por los legisladores, quienes se enfrentaron a soldados en el parlamento.

A medida que la presión sobre Yoon aumenta, su propio partido ha comenzado a distanciarse de él. Han Dong-hoon, en un cambio drástico de postura, afirmó que era “imposible que el presidente siguiera ejerciendo sus funciones normales” y pidió su suspensión inmediata para proteger al país de un “grave peligro”.

La situación en Corea del Sur es tensa y volátil, con manifestantes en las calles y un parlamento dividido. La próxima semana será crucial para el futuro político de Yoon, quien se encuentra en el centro de una crisis que podría redefinir el rumbo del país.