Redacción: Abigail Rivera

(ENNews)—Dos niñas salvadoreñas, de tan solo 5 y 9 años, fueron halladas abandonadas en la frontera entre México y Estados Unidos, según informó el Departamento de Seguridad Pública de Texas. Las menores, que viajaban sin compañía de un adulto, llevaban consigo una nota con una dirección y un número de teléfono en Estados Unidos, lo que sugiere que estaban siendo trasladadas hacia un familiar.

Este desgarrador hallazgo pone de manifiesto la creciente crisis migratoria que enfrenta la región, especialmente la situación de los niños no acompañados. Según las autoridades, la trata de personas y el tráfico de menores se han convertido en un problema cada vez más grave, con organizaciones criminales aprovechándose de la vulnerabilidad de los migrantes para lucrar.

“Es una situación muy triste y preocupante”, señaló Chris Olivarez, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas. “Estas niñas han sido expuestas a un peligro inmenso al ser trasladadas de manera ilegal a través de la frontera”.

Los datos oficiales revelan un aumento significativo en el número de niños migrantes que llegan a Estados Unidos solos o en compañía de adultos que no son sus padres. Muchos de estos menores huyen de la violencia, la pobreza y la inseguridad en sus países de origen, buscando una vida mejor en el norte.

Mientras tanto, en Guatemala, el número de solicitudes de refugio por parte de salvadoreños ha aumentado considerablemente en los últimos meses. Según el Instituto Guatemalteco de Migración, cientos de salvadoreños han solicitado protección internacional en el país vecino, buscando escapar de la violencia y la inseguridad que azota su país de origen.

“Las causas de migración antes eran por violencia, pero ahora las modalidades cambiaron”, explicó Jaime Rivas, investigador de la Universidad Don Bosco. “Ya no es tanto la pandilla como el agente persecutor, sino que el Estado también está siendo un agente persecutor de grupos específicos”.

La migración tiene un profundo impacto en las familias y las comunidades. Muchos niños migrantes se ven separados de sus padres y familiares, lo que puede causar traumas psicológicos a largo plazo. Además, la trata de personas y el tráfico de menores exponen a los niños a una serie de riesgos, como la explotación laboral y sexual.

Ante esta grave crisis, se considera necesario que los gobiernos de la región trabajen en conjunto para encontrar soluciones duraderas. Esto incluye fortalecer los sistemas de protección a la infancia, combatir la trata de personas y ofrecer alternativas a la migración irregular. Asimismo, es fundamental garantizar los derechos humanos de todos los migrantes, independientemente de su origen o situación legal.