Redacción: Abigail Rivera

(ENNews)—El teniente general Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Nuclear, Biológica y Química (NBQ) de Rusia, murió este martes en una explosión en el sudeste de Moscú, un incidente que el Comité de Investigación ruso ha calificado como un “acto terrorista”. La explosión ocurrió cuando Kirillov salió de un bloque de viviendas y un artefacto oculto en un scooter eléctrico detonó a su paso.

Según fuentes internacionales, el artefacto fue detonado de forma remota y contenía aproximadamente 300 gramos de material explosivo. Las imágenes del lugar muestran la entrada del edificio gravemente dañada, con marcas de quemaduras y ventanas reventadas. En la escena, se encontraron dos bolsas con los cuerpos de Kirillov y su asistente.

Ucrania ha reconocido su implicación en el ataque. Una fuente de seguridad ucraniana declaró a Reuters y AFP que Kirillov era un “objetivo legítimo”, al ser considerado un “criminal de guerra” por haber dado órdenes de utilizar armas químicas prohibidas contra el ejército ucraniano. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) había acusado previamente a Kirillov de ser responsable del uso masivo de armas químicas en hasta 4.800 ocasiones durante el conflicto.

El vicepresidente ruso, Dmitri Medvédev, prometió un “castigo” a Ucrania tras la muerte de Kirillov, describiendo el ataque como un intento de intimidación que fracasará. En su mensaje de condolencias, Medvédev calificó a Kirillov como un “líder militar conocido por su inquebrantable devoción a sus deberes”.

El incidente ha conmocionado a los residentes de la zona, quienes describieron la explosión como “muy fuerte”. Una vecina relató que inicialmente pensó que se trataba de una obra de construcción, pero el estallido fue tan potente que resultó aterrador.

El Comité de Investigación ruso ha abierto una causa penal por el asesinato de Kirillov y su asistente, y se están llevando a cabo investigaciones para esclarecer las circunstancias del ataque. Mientras tanto, el Kremlin ha rechazado las acusaciones de Ucrania sobre el uso de armas químicas, considerándolas infundadas.

Kirillov, de 54 años, había sido objeto de sanciones por parte del Reino Unido, que lo acusó de supervisar el uso de sustancias químicas en Ucrania y de actuar como portavoz de la desinformación del Kremlin. Estados Unidos también había denunciado el empleo de armas químicas por parte de Rusia en el conflicto, lo que ha intensificado las tensiones entre ambos países.

La muerte de Kirillov marca un nuevo capítulo en el conflicto entre Rusia y Ucrania, que continúa escalando en medio de acusaciones mutuas y un clima de creciente violencia.