Devastador terreno deja más de un centenar de muertos con fuerte impacto en el Sudeste Asiático
Redacción: Abigail Rivera
(ENNews)— Un devastador terremoto de magnitud 7,7 ha sacudido Myanmar, con epicentro cerca de la ciudad de Mandalay, provocando temblores que se sintieron en países vecinos como Tailandia y China. La tragedia ha dejado alrededor de 144 muertos en Myanmar, donde una mezquita se derrumbó, y se teme que el número de víctimas aumente a medida que las autoridades militares informan sobre numerosos civiles heridos y fallecidos.
De acuerdo con medios internacionales, la situación se complicó aún más con una fuerte réplica de magnitud 6,4 que también afectó a Myanmar, intensificando el caos en un país que ya enfrenta serias dificultades debido a la guerra civil que estalló tras el golpe militar de 2021. La debilidad de las infraestructuras y la fragmentación del control territorial por parte de diversas milicias han dificultado la recopilación de información precisa sobre los daños y las víctimas.
El terremoto, el más potente registrado en Myanmar desde 1946, se produjo a lo largo de la falla de Sagaing, una importante fractura geológica que separa dos placas tectónicas en movimiento. Este fenómeno natural ha expuesto a aproximadamente 800,000 personas a sacudidas violentas, un número alarmante que supera las cifras del devastador terremoto de Turquía de 2023.
En Tailandia, el impacto del sismo se sintió a cientos de kilómetros de distancia, donde al menos tres personas han muerto en Bangkok. Las autoridades locales se encuentran en una carrera contrarreloj para rescatar a decenas de personas que se cree están atrapadas bajo los escombros de un rascacielos en construcción que colapsó.

La Cruz Roja de Myanmar ha informado sobre daños significativos en varias ciudades, incluyendo Mandalay, Sagaing, Naypyitaw, Bago y el sur de Shan. La organización ha desplegado equipos de intervención y está brindando primeros auxilios a los afectados. Sin embargo, la respuesta a la catástrofe se ve obstaculizada por cortes de electricidad y fallos en las telecomunicaciones, lo que ha dificultado las labores de rescate y la comunicación en las zonas más afectadas.
La magnitud del desastre ha llevado a la comunidad internacional a expresar su preocupación y solidaridad con el pueblo de Myanmar, un país que ya enfrenta múltiples crisis humanitarias. La situación sigue evolucionando, y se espera que las cifras de víctimas y daños continúen aumentando a medida que se realicen más evaluaciones en las áreas afectadas.
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