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El Vaticano se prepara para un nuevo capítulo: el cónclave tras la muerte del Papa Francisco

Redacción: Abigail Rivera

(ENNews)—Este lunes por la mañana, el mundo se detuvo al recibir la noticia del fallecimiento del Papa Francisco en Roma. Con su partida, se inicia un proceso que marcará el futuro de la Iglesia Católica y su liderazgo. La serie de eventos protocolarios ya ha comenzado, con la declaración de sede vacante a cargo del camarlengo, el cardenal Kevin Farrel, quien ahora tiene la responsabilidad de coordinar la transición hacia un nuevo pontífice.

De acuerdo con medios internacionales, el primer acto formal tras la muerte del Papa es la declaración de la sede vacante, lo que implica que la Iglesia debe elegir a un nuevo sucesor del apóstol Pedro. Este proceso culminará en dos eventos clave: el entierro del Papa, programado para este sábado, y el cónclave donde se elegirá a su reemplazante. La elección del nuevo Papa no solo dependerá de la voluntad de los 135 cardenales menores de 80 años que participarán en el cónclave, sino también del legado que deja Francisco y la dirección que la Iglesia desea tomar en los próximos años.

Massimo Faggioli, experto en teología de la Universidad de Villanova, destaca que la Iglesia Católica que deja Francisco es una entidad global, con un grupo de cardenales más diverso que el que eligió al Papa en 2013. De los 135 cardenales que votarán, 14 son de Norteamérica, 53 de Europa, 23 de Asia, 23 de América Latina, 18 de África y 4 de Oceanía. Esta diversidad podría influir en la elección de un nuevo líder que refleje la realidad actual de la Iglesia, donde el 75% de los católicos viven en regiones fuera de Europa.

Entre los nombres que suenan como posibles sucesores, el cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, se perfila como un favorito. Con una trayectoria diplomática y un enfoque global, Parolin ha sido un cercano colaborador de Francisco, aunque su postura sobre temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo ha generado controversia. A pesar de su experiencia, el proceso de elección es notoriamente incierto, y el viejo adagio italiano «Quien entra en un cónclave como Papa, sale como cardenal» resuena en este contexto.

Otro candidato destacado es el cardenal Luis Antonio Tagle, conocido como el «Francisco asiático». Tagle, arzobispo de Manila, ha sido un defensor de los problemas sociales y ha mostrado empatía hacia los migrantes. Su postura moderada y su conexión con la comunidad católica en Filipinas, donde el 80% de la población es católica, lo convierten en un contendiente fuerte. Sin embargo, su oposición al aborto y su crítica a la dureza de la Iglesia hacia las personas LGBTQ+ podrían influir en su apoyo.

El cardenal Fridolin Ambongo, de la República Democrática del Congo, también es un nombre a considerar. Con un enfoque conservador y una fuerte defensa de la identidad católica en un contexto de persecución, Ambongo podría representar un cambio hacia un liderazgo más africano en la Iglesia. Su postura sobre la pluralidad religiosa y su rechazo a la criminalización de la homosexualidad en África lo posicionan como un candidato interesante.

Por otro lado, el cardenal Robert Sarah, conocido por su postura conservadora, y el cardenal Matteo Zuppi, apodado «el Francisco italiano» por su enfoque social, también están en la lista de posibles sucesores. Zuppi ha sido elogiado por su labor humanitaria, pero enfrenta críticas por la falta de resultados en la lucha contra el abuso sexual en la Iglesia.

A medida que se acerca el cónclave, la incertidumbre y la expectativa crecen. La elección del nuevo Papa no solo definirá el futuro de la Iglesia Católica, sino que también reflejará las tensiones y desafíos que enfrenta en un mundo en constante cambio. La dirección que tome la Iglesia en los próximos años dependerá de la capacidad de los cardenales para encontrar un consenso en torno a un líder que pueda guiar a la comunidad católica hacia un futuro inclusivo y relevante.

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