Trump amenaza con cortar fondos federales a ciudades que protegen a migrantes
Redacción : Oscar Cruz
(ENNews)—El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una nueva advertencia a las llamadas ‘ciudades santuario’, aquellas urbes que han decidido adoptar políticas que restringen su cooperación con el gobierno federal para la implementación de las leyes migratorias.
Trump ha asegurado que su Administración está trabajando para retener toda la financiación federal a estas ciudades, argumentando que las mismas “protegen a los criminales” en lugar de a las víctimas.
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump se mostró firme en su postura: “¡No más Ciudades Santuario! Protegen a los criminales, no a las víctimas. Están deshonrando a nuestro país y son objeto de burla en todo el mundo”, señaló el mandatario, en un claro ataque a aquellas localidades que se resisten a las políticas migratorias impulsadas por su gobierno.
Además, el presidente subrayó que su Administración ya está trabajando en la redacción de una ley que permitiría retener toda la financiación federal para cualquier ciudad o estado que permita la existencia de estas “trampas mortales”.
Esta amenaza se enmarca dentro de la postura más dura de Trump en materia de inmigración, una política que caracteriza como una lucha para “proteger a los estadounidenses”.
El regreso de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, tras su derrota en 2020 y su regreso como candidato para las elecciones de 2024, ha significado un retorno a una retórica y a medidas migratorias muy estrictas.
La respuesta a esta amenaza por parte de las ciudades santuario no se ha hecho esperar. Muchas de estas ciudades, que incluyen grandes metrópolis como Nueva York, Chicago, Denver, y Boston, han manifestado su firme oposición a la política de Trump.
Estas urbes han implementado políticas que buscan ofrecer un refugio seguro para los migrantes, especialmente aquellos que se encuentran en situación irregular, e incluso se han comprometido a no colaborar con las autoridades federales en las detenciones de inmigrantes sin papeles, a menos que se trate de delitos graves.
La postura de las ciudades santuario ha sido vista como una respuesta a las políticas migratorias del gobierno federal que, según los opositores, han exacerbado las condiciones de vida de los inmigrantes y han aumentado la criminalización de estas comunidades.
A menudo, las autoridades locales argumentan que estas políticas migratorias no solo son inhumanas, sino que también son contraproducentes, ya que desconfían de las autoridades migratorias, lo que podría disuadir a las personas de denunciar crímenes por miedo a ser detenidas y deportadas.
En los últimos años, la cuestión de las ciudades santuario ha sido un tema divisivo en la política estadounidense. Mientras que los gobiernos de muchas ciudades y estados demócratas han apoyado estas medidas como una forma de proteger a los inmigrantes, especialmente aquellos que podrían estar en riesgo de ser deportados bajo la administración Trump, los republicanos han arremetido contra estas ciudades, viéndolas como un obstáculo para la aplicación de las leyes migratorias y como un peligro para la seguridad pública.
La amenaza de cortar los fondos federales a las ciudades santuario es solo el último capítulo de una larga serie de enfrentamientos entre la Administración Trump y las autoridades locales.
En años anteriores, durante su primer mandato, Trump ya había intentado implementar políticas similares, pero se encontró con la resistencia tanto de gobiernos locales como de organizaciones de derechos civiles, que argumentaban que tales medidas violaban los derechos constitucionales y exacerbaban las tensiones raciales en el país.
El debate sobre las ciudades santuario se ha intensificado en un contexto donde la reforma migratoria sigue siendo un tema central de la política estadounidense.
A pesar de las promesas de campaña de Trump en 2016 de construir un muro en la frontera sur y de implementar políticas de “tolerancia cero”, el problema de la inmigración irregular sigue sin resolverse. Las ciudades santuario, por su parte, continúan siendo un refugio para miles de personas que huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen.
El futuro de las ciudades santuario y de la política migratoria de Trump está por verse, pero la amenaza de recortes en los fondos federales pone una vez más en evidencia las tensiones existentes entre el gobierno federal y los gobiernos locales, así como la dificultad de encontrar un consenso sobre cómo abordar el problema de la inmigración en Estados Unidos.
Mientras tanto, las ciudades santuario se mantienen firmes en su compromiso de proteger a los inmigrantes, independientemente de las presiones federales.
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