Escala la tensión entre India y Pakistán tras ataque
Redacción: Abigail Rivera
(ENNews)—La madrugada del miércoles 7 de mayo, la tensión entre India y Pakistán alcanzó un nuevo pico tras la «Operación Sindoor», un ataque militar llevado a cabo por el Ejército indio que tuvo como objetivo varias instalaciones en territorio paquistaní. Según las autoridades indias, la operación, que duró menos de 30 minutos, se dirigió a lo que se considera «infraestructura terrorista» desde donde se habrían orquestado ataques contra India. Sin embargo, el Ejército paquistaní aseguró que sus instalaciones no fueron afectadas.
Según medios internacionales, el nombre de la operación, «Sindoor», tiene un significado cultural profundo en la India, ya que se refiere a un polvo cosmético que las mujeres hindúes aplican en la frente, simbolizando su estado civil. En este contexto, el término ha cobrado un significado aún más sombrío, al evocar la memoria de las viudas del atentado del 22 de abril en Pahalgam, donde al menos 26 turistas indios perdieron la vida. Este ataque fue reivindicado por el Frente de Resistencia (TRF), vinculado a la organización terrorista Lashkar-e-Toiba, lo que ha llevado a India a acusar al gobierno paquistaní de tolerar y apoyar a estos grupos militantes, acusaciones que Islamabad rechaza categóricamente.
Las repercusiones del ataque indio no se hicieron esperar. El ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, advirtió que «el ataque contra civiles no quedará sin respuesta», mientras que el primer ministro Shehbaz Sharif afirmó que Pakistán se reserva el derecho de responder en el momento y lugar que considere adecuado. «Las fuerzas armadas paquistaníes han sido debidamente autorizadas a tomar las medidas apropiadas», agregó Sharif, sin ofrecer más detalles sobre las posibles acciones a seguir.
La respuesta india, por su parte, fue considerada inevitable tras el atentado en Pahalgam. El primer ministro indio, Narendra Modi, se vio presionado a actuar, y expertos militares han calificado la acción como una decisión valiente que lleva su firma. En respuesta a la escalada, el gobierno indio ha elevado el nivel de alerta en sus estados fronterizos, organizando simulacros de seguridad para preparar a la población civil ante posibles represalias.
La situación ha generado una creciente preocupación a nivel internacional. Friedrich Merz, el nuevo canciller alemán, condenó el «despreciable ataque terrorista» y subrayó la necesidad de mantener la calma y la sensatez en medio de la crisis. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también hizo un llamado a la moderación, enfatizando que el mundo no puede permitirse un enfrentamiento militar entre estas dos potencias nucleares. En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su deseo de que las tensiones se resuelvan pronto, mientras que China se ofreció como mediador en posibles negociaciones.
La escalada de tensiones entre India y Pakistán no solo pone en riesgo la estabilidad regional, sino que también plantea un desafío significativo para la comunidad internacional. La diplomacia de crisis se vuelve crucial en este momento, ya que ambos países deben encontrar un camino hacia la desescalada antes de que la situación se convierta en un conflicto abierto. La historia de enfrentamientos entre estas naciones, ambas poseedoras de armas nucleares, hace que el mundo observe con preocupación cada movimiento en esta delicada balanza de poder.
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