Una buena higiene bucal puede protegerte de otras enfermedades graves
Redacción : Oscar Cruz
(ENNews)—Una caries dental puede parecer un problema menor, fácilmente solucionable con una visita al dentista. Sin embargo, una higiene bucal deficiente puede desencadenar complicaciones médicas graves e incluso poner en riesgo la vida. En el Reino Unido, los dentistas están reportando un aumento preocupante de infecciones transmitidas por la sangre, como la sepsis, relacionadas con un cuidado dental inadecuado. Estas infecciones, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden propagarse rápidamente por el cuerpo y resultar potencialmente mortales.
Un caso alarmante ilustra esta situación: un paciente que evitó ir al dentista durante años, pese a ser consciente de que necesitaba tratamiento, desarrolló una infección grave que le costó varios dientes y parte de la mandíbula. Terminó ingresado en cuidados intensivos, en estado crítico. Paul Woodhouse, miembro de la Asociación Dental Británica, explicó a The Telegraph que casos como este no son aislados. “Demuestran cómo una simple caries puede evolucionar hasta convertirse en un problema sistémico con consecuencias trágicas”, advirtió.
Encías y corazón: un vínculo más estrecho de lo que se cree
La relación entre la salud bucal y la cardiovascular está bien documentada. Estudios poblacionales han demostrado que quienes padecen enfermedad de las encías —provocada por la acumulación de bacterias alrededor de los dientes y en las estructuras de soporte— tienen entre dos y tres veces más riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas graves, como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Una bacteria específica, Porphyromonas gingivalis (P. gingivalis), es protagonista en esta conexión. Libera toxinas inflamatorias que pueden ingresar al torrente sanguíneo, promoviendo el endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) y elevando el riesgo de eventos cardiovasculares. Además, la inflamación crónica derivada de estas bacterias puede dañar directamente al corazón.
La Dra. Neesha Patel, periodoncista en la clínica Pure Periodontics de Londres, explicó a The Telegraph que “la boca es una puerta de entrada al cuerpo” y que su estado repercute en otros órganos. Paul Woodhouse advirtió también sobre el riesgo específico en personas con cirugías cardíacas o válvulas reparadas, quienes pueden desarrollar endocarditis si las bacterias bucales alcanzan el corazón.
Dientes sanos, pulmones protegidos
El cuidado dental no solo influye en el corazón, también puede desempeñar un papel clave en la prevención de enfermedades respiratorias como la neumonía. Esta condición puede verse favorecida por la acumulación de placa dental, una capa pegajosa de bacterias que comienza a formarse poco después del cepillado. Si no se elimina en 24 horas, se endurece y se convierte en sarro, dificultando su remoción y aumentando el riesgo de infección.
Investigaciones han demostrado que la placa persistente puede contribuir o agravar la neumonía. Las bacterias orales pueden migrar al tracto respiratorio y llegar a los pulmones, provocando infecciones graves, especialmente en pacientes inmunodeprimidos, con asma severa o en lista de espera para trasplantes pulmonares.
La Dra. Patel subrayó la necesidad de controlar enfermedades periodontales en estos pacientes vulnerables, para reducir complicaciones respiratorias.
Diabetes y salud bucal: una relación de ida y vuelta
Existe un vínculo estrecho y bidireccional entre la diabetes y la enfermedad periodontal. Esta conexión se basa en cómo ambas afecciones se agravan mutuamente. Una higiene oral deficiente puede desestabilizar los niveles de glucosa en sangre, y el mal control de la diabetes, a su vez, deteriora la salud bucal.
Pacientes con niveles de glucosa mal controlados pueden desarrollar un exceso de bacterias dañinas en la boca, lo que fomenta enfermedades periodontales. Estas infecciones liberan endotoxinas que disparan una respuesta inflamatoria sistémica, elevando los niveles de azúcar y dificultando aún más su regulación.
Paul Woodhouse explicó en uno de sus estudios que “si las bacterias permanecen demasiado tiempo en la boca, generan endotoxinas que activan una respuesta inflamatoria generalizada”. Esta dinámica convierte a la enfermedad periodontal y la diabetes en un círculo vicioso que requiere un enfoque conjunto para su manejo.
Cuidar la boca para proteger la mente
Cada vez más investigaciones sugieren que la salud bucal puede influir en el deterioro cognitivo, especialmente en el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer. Aunque la relación exacta aún se estudia, los hallazgos iniciales resultan reveladores.
Un estudio realizado con 28.000 pacientes en Taiwán halló que quienes padecían enfermedad periodontal crónica por más de diez años tenían 1,7 veces más probabilidades de desarrollar Alzheimer. La bacteria P. gingivalis, implicada en enfermedades de las encías, también se ha encontrado en cerebros de pacientes con Alzheimer, lo que sugiere que sus toxinas pueden viajar desde la boca hasta el cerebro y contribuir al daño neuronal.
El Dr. Tomas Welsh, director médico del Instituto de Investigación para el Cuidado de Personas Mayores, señaló en The Telegraph que estas toxinas bacterianas tienden a acumularse en áreas cerebrales asociadas con el Alzheimer. Aunque compañías farmacéuticas han intentado desarrollar fármacos para bloquear su acción, los avances aún son limitados, y el tema sigue siendo objeto de intensa investigación.
Artritis y encías: inflamación compartida
La conexión entre la salud bucal y la artritis reumatoide es otro ejemplo de relación bidireccional. Esta enfermedad autoinmunitaria provoca inflamación dolorosa en las articulaciones, y se ha observado que las personas que la padecen tienen mayor incidencia de enfermedad periodontal.
La presencia de bacterias orales y sus toxinas agravan la inflamación sistémica, lo que puede intensificar los síntomas articulares. Paul Woodhouse afirmó que “cuantas más sustancias inflamatorias haya en el torrente sanguíneo, más probable es que se presenten síntomas en distintas partes del cuerpo”, incluidas las articulaciones.
De igual modo, los pacientes con artritis reumatoide tienen más dificultad para mantener una buena higiene bucal, lo que perpetúa el ciclo de inflamación. Un buen cuidado dental puede, por tanto, aliviar no solo los síntomas orales, sino también mejorar el manejo de esta dolorosa condición.
La boca es mucho más que la entrada al sistema digestivo. Es un punto de contacto clave con el resto del cuerpo y su salud puede influir significativamente en múltiples órganos y sistemas. Desde enfermedades cardiovasculares hasta el deterioro cognitivo, pasando por diabetes, infecciones respiratorias y enfermedades autoinmunes, la evidencia es clara: mantener una buena higiene bucal no es solo una cuestión estética o funcional, sino una medida esencial de prevención médica integral. Ir al dentista regularmente y adoptar hábitos de cuidado bucal rigurosos podría ser una de las decisiones más inteligentes para proteger tu salud a largo plazo.
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