Alcalde de Santa Ana Oeste somete a votación en X (Twitter) aumento de su salario
Redacción : Oscar Cruz
(ENNews)—El alcalde de Santa Ana Oeste, Jorge Castro, miembro del partido oficialista Nuevas Ideas, generó controversia este martes 10 de junio al lanzar una encuesta pública en X (Twitter) para que la población decida si su salario debe aumentar, con tres opciones: $1,000, $2,000 o $2,250 mensuales.
Actualmente, el edil percibe $500 al mes, cifra que él mismo estableció al asumir el cargo en 2024. La propuesta, sin incluir la opción de mantener su sueldo actual, ha sido criticada por vecinos que exigen mejoras tangibles en el municipio antes de aprobar un incremento.
La consulta, disponible por 24 horas, ya acumula miles de interacciones. Hacia las 9:30a.m., los resultados preliminares mostraban:
- 52% a favor de $1,000
- 17% por $2,000
- 31% apoyando $2,250
Sin embargo, en los comentarios, la mayoría de usuarios rechazó el aumento. Ciudadanos señalaron: «En primero lugar tu dijiste que te bajarías el salario y tu te lo pusiste y así trabajarías y se entendió que hasta el final de tu período ? Ahora que ves que realidad no alcanza? Ahora te das golpe de pecho, preguntando si se podrá subir el salario? Mejor no hubieras hablado..».
Castro defendió su iniciativa como un acto de «rendición de cuentas», asegurando que los montos propuestos son «razonables» y que no incluyen bonos extras. Además, planteó que el ajuste sería por un año, condicionado a «mejoras suficientes» en los seis distritos que conforman Santa Ana Oeste:
- Chalchuapa
- San Sebastián Salitrillo
- El Porvenir
- Santiago de la Frontera
- San Antonio Pajonal
- Candelaria de la Frontera
El funcionario también destacó que su gestión no ha incrementado la deuda municipal y que busca dejar de ser «carga» para el gobierno central, aunque admitió que aún deben lidiar con obligaciones financieras de administraciones pasadas.
La polémica surge en un escenario donde la percepción de corrupción y clientelismo sigue latente en El Salvador. Vecinos exigen inversión en infraestructura, servicios básicos y empleo antes de avalar un beneficio personal. Algunas voces, como las de organizaciones sociales, recuerdan que la autogestión de salarios por parte de funcionarios sin auditoría técnica puede sentar un precedente peligroso.
Al cierre de la encuesta, Castro deberá justificar públicamente su decisión, especialmente si elige una cifra distinta a la más votada. La presión ciudadana podría obligar a replantear la medida o, al menos, a presentar un plan detallado de obras que garantice transparencia. Mientras, el debate refleja una tensión constante en la región: la demanda de gobiernos eficientes versus la desconfianza en sus representantes.
La consulta del alcalde Castro, aunque enmarcada en discursos de participación ciudadana, evidencia un fractura entre la clase política y las necesidades urgentes de la población. Si bien la iniciativa pretende ser innovadora, su legitimidad dependerá de que los recursos públicos se traduzcan en desarrollo real y no en privilegios individuales.
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