Trump anticipa ajustes migratorios tras presión de empresarios y agricultores
Redacción : Oscar Cruz
(ENNews)—El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha adelantado este jueves que su administración está preparando cambios en la política migratoria, en respuesta a crecientes quejas de grandes empresarios, productores agrícolas y representantes del sector hotelero, quienes advierten que las restricciones actuales están provocando una escasez crítica de mano de obra calificada.
A través de su red social Truth Social, Trump reconoció públicamente por primera vez que las políticas migratorias impulsadas por su gobierno han generado consecuencias negativas para industrias que dependen de trabajadores extranjeros, especialmente en la agricultura, la hostelería y los servicios.
“Los agricultores y trabajadores del sector hotelero y de ocio han estado diciendo que nuestra política migratoria, aunque efectiva en términos de seguridad, les está quitando excelentes empleados con experiencia, difíciles de reemplazar”, escribió el mandatario.
Estas declaraciones marcan un giro significativo en el discurso del presidente, quien en su primer mandato y durante su campaña de reelección, defendió con firmeza una postura dura contra la inmigración, tanto legal como ilegal. Sin embargo, ya en su segundo mandato, Trump se enfrenta ahora a la presión directa de sectores clave de la economía que alertan sobre la falta de trabajadores esenciales, especialmente en regiones rurales y en zonas turísticas.
En su publicación, Trump también culpó a la administración anterior por el ingreso de inmigrantes con antecedentes delictivos, quienes, según sus palabras, ahora están buscando ocupar los empleos que antes desempeñaban trabajadores con experiencia. “Esto no está bien. Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los delincuentes de Estados Unidos. Se avecinan cambios”, advirtió.
Aunque no ofreció detalles específicos sobre las modificaciones en curso, el presidente dejó entrever que su administración podría introducir distinciones entre inmigrantes con historial criminal y aquellos que, a juicio de los empleadores, contribuyen de forma positiva a la economía del país.
El reconocimiento de Trump sobre los efectos colaterales de su política migratoria representa un cambio importante. Hasta ahora, la narrativa oficial de su gobierno había minimizado o ignorado las advertencias del sector privado sobre los riesgos laborales y económicos asociados a una inmigración excesivamente restringida. Esta vez, las voces que alertan sobre los problemas no provienen de la oposición ni de activistas proinmigración, sino de líderes empresariales afines a su agenda económica.
Analistas políticos consideran que este giro podría responder tanto a una necesidad práctica como a un intento por conservar el apoyo de sectores productivos clave. “Trump sabe que no puede permitir que la agricultura o el turismo colapsen por falta de trabajadores. Este ajuste no es ideológico, es funcional”, señaló un experto del Instituto de Políticas Migratorias de Washington.
La Casa Blanca no ha confirmado si se tratará de una flexibilización en los visados temporales, un ajuste a los criterios de deportación o una reformulación de las cuotas migratorias por sector. Por ahora, el mensaje presidencial ha generado expectativas dentro del empresariado, que espera señales concretas en las próximas semanas.
Lo que sí parece claro es que el debate migratorio entra ahora en una nueva fase, donde el pragmatismo económico podría comenzar a equilibrar la retórica de seguridad que ha dominado la agenda migratoria durante los últimos años. En su segundo mandato, Trump enfrenta el reto de mantener la firmeza en sus políticas sin poner en riesgo el motor económico del país.
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