Trump dice que arrestaría al gobernador de California por su gestión ante protestas en Los Ángeles
Redacción : Oscar Cruz
(ENNews)—El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una nueva controversia tras declarar públicamente que, si él fuera Tom Homan, el llamado “zar de la frontera” de su administración, arrestaría al gobernador de California, Gavin Newsom.
Estas declaraciones se producen en medio de un clima de tensión por el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles para contener protestas contra las redadas migratorias impulsadas por el gobierno federal.
“Si yo fuera Tom, lo haría. A Gavin le gusta la publicidad”, afirmó Trump durante una conversación con la prensa. Y aunque señaló que Newsom “le cae bien” y es una “buena persona”, también lo calificó como “tremendamente incompetente”, agregando que “todo el mundo lo sabe”.
Las palabras del mandatario no son un hecho aislado, van acompañadas de duras críticas contra los manifestantes que han salido a las calles de Los Ángeles, a quienes llamó “agitadores profesionales e insurrectos” que “deberían estar en la cárcel”. Trump ha insistido en que las protestas representan actos violentos y una forma de rebelión que amenaza el cumplimiento de la ley federal, justificando así el uso de la fuerza.
La decisión de Trump de desplegar a unos 2.000 efectivos de la Guardia Nacional durante 60 días ha sido calificada por Newsom como una provocación. Según el gobernador demócrata, la medida fue tomada “a la ligera”, sin coordinación con las autoridades locales, y responde a un intento de imponer control federal sin base legal. “Hay un protocolo, hay un proceso. A él no le importó. Y lo peor es que mintió completamente”, declaró Newsom.

El origen del conflicto se remonta a las redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que provocaron multitudinarias protestas en el estado de California. En respuesta a las crecientes movilizaciones, el gobierno federal optó por una estrategia de fuerza, sin esperar la aprobación del estado, como tradicionalmente se hace para estos despliegues.
En este contexto, Tom Homan declaró que tanto Newsom como la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, podrían ser arrestados por obstaculizar la aplicación de la ley migratoria. Ante esto, Newsom respondió irónicamente: “Tom, arréstame”, subrayando la tensión entre ambas administraciones. Aunque Homan posteriormente aclaró que no existen planes concretos para efectuar esos arrestos, reiteró que nadie debe interferir con el cumplimiento de la ley federal.
A través de su red Truth Social, Trump defendió su decisión y volvió a atacar a sus detractores. “Tomamos la estupenda decisión de enviar a la Guardia Nacional para hacer frente a los disturbios violentos en California. Si no lo hubiéramos hecho, Los Ángeles habría sido totalmente aniquilada”, escribió. En un tono sarcástico, añadió que tanto Newsom como Bass “deberían estar diciendo ‘Gracias, presidente Trump. Eres estupendo. No seríamos nada sin usted, señor’”.
El presidente también se refirió a imágenes de violencia y caos como justificación para su intervención, acusando a las autoridades locales de “mentir al pueblo” al describir las manifestaciones como pacíficas.
La legalidad de este despliegue ha sido fuertemente cuestionada. El uso de la Guardia Nacional en territorio estatal sin consentimiento del gobernador se ampara en el Título 10 del Código de Estados Unidos, que permite al presidente federalizar esta fuerza en casos excepcionales como invasiones, rebeliones o cuando el cumplimiento de la ley esté en peligro. La ambigüedad legal en torno a esta normativa deja en duda si la medida resistirá el escrutinio judicial, sobre todo porque Newsom ha anunciado una demanda contra la administración federal.
Históricamente, la Guardia Nacional ha sido desplegada para desastres naturales o disturbios civiles con aprobación estatal. Trump se convierte así en el primer presidente desde 1965 en ordenar su intervención sin el consentimiento del gobernador, una medida que se remonta a los días de Lyndon B. Johnson durante las marchas por los derechos civiles en Alabama.
La confrontación entre Trump y Newsom marca un nuevo capítulo de la polarización política en Estados Unidos, con la inmigración como telón de fondo. En un país donde la línea entre autoridad federal y estatal es constantemente debatida, este episodio podría sentar un precedente legal y político de alto impacto.
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