Esta noble iniciativa la ha tomado la empresa RIDE, que viene de la frase “Dame Ray o un paseo” como iniciativa de transporte nacida en mayo 2019, es un emprendimiento profesional de transporte privado, corporativo y ejecutivo cuyo embrión fue la falta de oportunidades de trabajo.

(EN News) La pandemia del COVID-19 a los salvadoreños y el mundo, nos ha dado un giro de 360 grados, nos a enseñando a descubrir virtudes personales. Muchos dentro de las cuarentenas hemos aprendido a cocinar, hacer esculturas de cemento, ser solidarios con los demás, hasta guardar medidas de bioseguridad con los vecinos para evitar contagios masivos.

Otros aprendieron a ser emprendedores en diferentes áreas como, vender comida a domicilio, hacer mascarillas para protegerse del virus y otros dan servicios de transporte corporativo a empresas y persona particulares al punto de hacer hasta mandados en los supermercados, etc.

Todo esto debido al cierre de muchas empresas o porque fueron despedidos por las cuarentenas a las que fuimos sometidos para evitar contagios del covid-19.

En El Salvador, el primer caso del Covid-19 se reportó un miércoles 18 de marzo del 2020 en la ciudad de Metapán del departamento de Santa Ana; el infectado, un hombre entre 20 y 40 años de edad, que ingresó por un punto ciego al país, procedente de Italia.

A raíz de eso, se activó un cordón sanitario alrededor del municipio durante 48 horas para tratar de identificar posibles nexos epidemiológicos. Hoy en día casi todo El Salvador, está infectado y aún no hay medidas claras de cómo manejar dicho virus.

Debido al cierre total de muchas empresas y negocios de todo tipo, muchos salvadoreños toman la decisión de ser emprendedores. Han puesto algunos negocios de servicio al cliente, los cuales van desde un servicio de transporte corporativo, venta de comida hasta la puerta de su casa, como también mascarillas o tapabocas para evitar un virus, que ya ha contagiado y asesinado a muchos salvadoreños.

Luego de un prolongado confinamiento, muchos salvadoreños se están organizando como buenos emprendedores, para salir adelante en su economía y dar un buen servicio a sus potenciales clientes.

Eran como las diez de la mañana de un día martes muy soleado cuando Rosamaria Orellana, fundadora de una empresa llamada RIDE, hacía sus primeros viajes de rutina movilizando clientes. De repente, mientras conducía, le sonó su teléfono móvil y como lo esperaba se trataba de otro cliente que necesitaba un viaje de emergencia a un centro de salud.

Acto seguido llegó al lugar donde lo esperaba su cliente, un señor de aproximadamente 38 años de edad
Se subió al carro con las respectivas medidas de bioseguridad y le dice: “¡ trasládeme por favor a PLASMATEL, que está ubicado en el Hospital de Niños Benjamín Bloom”!

Como buenos salvadoreños, ni lenta ni perezosa, Rosamaria trasladó al pasajero rumbo al hospital Bloom con respeto, seguridad y sin hacerle preguntas, lo cual no es costumbre para la simpática emprendedora. Llegando al lugar, de destino, el cliente le dijo: “¡me espera por favor, yo le pagaré su viaje!”. Luego se baja del vehículo y entró al hospital.

Minutos más tarde reaparece el señor y le contó a ella que se trataba de una emergencia. “¡Vengo de donar plasma o sangre para salvar una vida”!, exclamó el valiente personaje; así fue como Rosamaría se enteró del caso y conmovida le dijo al donante voluntario: “¡no se preocupe, lo llevaré de regreso a su casa y sólo me paga la mitad del viaje, la otra parte es gratis, ya que hemos salvado una vida!”. El señor al ver esa acción de ella, le dijo:”¡ Dios le pagará su obra!!.

A raíz de esa acción de observar cómo las personas corren de un lado a otro para donar Plasma y que nadie las lleve al lugar por acto de cortesía, Rosamaría y sus quince socios tomaron la decisión de brindar un servicio gratuito a las personas que deseen donar plasma, toda vez que sea en la zona metropolitana de San Salvador.

Como Rosamaría y sus socios lo han hecho es el momento que todos los salvadoreños tenemos que ser solidarios con la gente que lo necesita. ¡La solidaridad no es dar lo que sobra, si no es dar lo que tenemos en nuestras manos!.

Rosamaría asegura, que tomar la decisión de ser emprendedores en esta época de crisis por falta de un empleo, con los servicios corporativos de transporte la ha motivado a ser más altruista, ayudando a la gente que lo necesita, más cuando se trata de salvar una vida.

“Este tipo de trabajo es digno, nos permite dar un servicio profesional a empresas y personas que lo necesiten, porque llegamos a la puerta de sus casas, además esto nos ayuda a llevar el alimento a nuestras familias”, dice Rosamaría.