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Fortalezas y debilidades de la educación virtual

El avance de la tecnología permite evolucionar la manera habitual de la enseñanza pero el éxito de ésta depende de una responsabilidad compartida entre alumnos, padres, docentes y autoridades educativas.

Por: Xenia Huezo, columnista de opinión EN News

(EN News) La educación virtual se basa en clases a través de una computadora haciendo uso del internet que para muchos se facilita en cualquier lado y hora; con el boom de esta nueva realidad digital, ya no es excusa decir “me queda demasiado retirada la U” porque de esta manera se puede ser casi omnipresente.

Para la juventud probablemente ya no es muy radical este cambio de lo presencia a lo virtual, ya que
actualmente se la pasan en sus celulares, laptop o tablet. Para los maestros con una edad avanzada probablemente sí es complejo porque cambia completamente la manera habitual de dar clases y la manera de poder desarrollar las tareas.

Los maestros se tienen que ingeniar una manera para hacer que niños y jóvenes les presten atención y que no se distraigan fácilmente al no tener un contacto directo con ellos y a la vez saber controlar los enojos de sus padres al no conocer también éstos a cabalidad el uso de la tecnología.

Un punto muy delicado es que no todos tienen el acceso a internet y a un equipo como la computadora; es ahí donde debe entrar en escena el Ministerio de Educación para aportar ideas y apoyo logístico como ente facilitador para el proceso de formación de TODOS los estudiantes y docentes, sean públicos o privados.

Para las personas con la comodidad de acceso a tecnología la era digital es algo completamente positivo.
Desgraciablemente para otros no y si queremos que esto funcione hay que dar más apoyo a las personas de escasos recursos brindando más importancia a la educación de nuestros niños, como un derecho y una prioridad por mandato Constitucional.

Todos los niños, jóvenes y maestros al adentrarse a la educación virtual tienen que poseer conocimiento básico sobre el uso de la tecnología, saber cómo aplicar las herramientas que ésta posee y saber buscar la información que se necesite con el tiempo necesario que requiere el nuevo desafío educativo tecnológico.

La transición de lo presencial a lo digital también requiere de una auto disciplina en establecer horarios de estudio hacia una rutina programada para no mal invertir el tiempo que requiere y no nos afecte otras actividades cotidianas.

En síntesis, el objetivo principal es EDUCAR. En un principio podría ser un poco complicado para adaptarse ya que los alumnos y el maestro no están cara a cara lo cual podría afectar; el tema cibernético, exige una formación constante, pero cuando todos pongan de su parte, tanto el alumno para aprender como el maestro para enseñar, se tendrá la mitad del proceso alcanzado.

Las aula virtuales tendrían que tener todo lo que una aula tradicional posee y aunque estén separados por sus propias características, de lugar y tiempo el punto, la información debe fluir a más lugares y cobertura para beneficio de nuestra juventud y niñez.