¡Hay fiesta en el cielo, mira quién llegó!
Implícame, Jesús, con la causa de los pobres.
Implícame con esta causa que es la tuya.
Implícame, complícame…
Patxi Loidi (1929-2020)
(EN NEWS) Francisco Loidi Isasti sacerdote católico y fundador de la obra Círculo Solidario y comunidades de fe: Acción Solidaria y Jesús Solidario falleció a la edad de 91 años en la capital salvadoreña.
Patxi como se le conocía, nació en el País Vasco, donde pasó su infancia y juventud. “Profesó en la congregación de los Hermanos Maristas y ejerció como profesor de Filosofía y Lenguas Clásicas. A la vez se dedicó a la enseñanza y formación de grupos juveniles.
Tras el Concilio Vaticano II, su vida experimenta un cambio de rumbo. Formó la comunidad Acción Solidaria, y en 1995 llegó a El Salvador para trabajar en el desarrollo, la promoción y la formación religiosa en las zonas marginales y rurales. Dice su biografía.
“El cielo celebra su llegada, Aitama lo ha recibido”, “Es un apóstol que nos enseñó cómo encarnar la palabra y cómo formar laicos para el transformar el mundo”, “la hermana muerte desvela el rostro del amor”, eran algunos de los mensajes de sus amigos en sus redes al conocer la noticia de su muerte en la noche de este miércoles 14 de octubre de 2020.
Coincidentemente, en la fecha del II Aniversario de la canonización de San Romero de América, Mártir salvadoreño, Patxi trascendió como consecuencia de la pandemia del COVID 19.
Llevó una vida dedicada a la formación de vocaciones religiosas y motor de solidaridad, promovió la ONG Círculo Solidario además de El Salvador en Perú, Filipinas y España. Escribió y publicó varios libros dedicados al fortalecimiento espiritual como:
Mar adentro, Mar Rojo, La Zarza, Catequesis para la comunidad cristiana, Gritos y Plegaria, Matando a los dioses, Sal y Luz, Cuadernos Fe y Justicia. Patxi produjo programas de radio con sus enseñanzas y no paró de escribir aún a pocos días de su partida.
Al filo de los setenta y un años, fue ordenado sacerdote, influido por peticiones de la gente empobrecida. Como él mismo dice: “Vine a América para hacer trabajo social, y los pobres me han llevado al sacerdocio” (Revista Religión).
Este sacerdote, que aprendió español a los 8 años fue muy crítico del sistema; en una entrevista un año antes de su muerte cuestionó los sistemas educativos públicos, reconoció la marginación de la mujer y sus aportes a la economía y al desarrollo, demandó con urgencia la atención a las juventudes y dejó claro que la solidaridad es una deuda humana, y hay que hacerla acción para responder a estos desafíos estructurales.
Desde su lecho de muerte, en el Hospital El Salvador, aún lucido, envió un mensaje a sus amistades y replicó la plegaria de Charles de Focauld:
Padre mío,
Me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras.
Lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo.
Con tal que Tu voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas,
no deseo nada más, Dios mío…
Pongo mi vida en Tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo,
y porque para mí amarte es darme,
entregarme en Tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tu eres mi Padre.
“Hace algún tiempo en Trujillo, celebraste por adelantado tu funeral, porque fuiste tú quien nos enseñaste a ver la hermana muerte con fe. Aún recuerdo aquel retiro de desierto. Hoy me resuenan estas frases escritas por ti: “Moriré entero, no quedará nada de mí” pero “quedará mi recuerdo, mis obras y su influencia” pero al mismo tiempo “será mi paso a la Vida Total. Dios me resucitará; y concluirá mi segundo nacimiento. Iré a los brazos de Abba, Padre-Madre, de Jesús y el Espíritu”, Recuerda Chary García de la Comunidad Acción Solidaria.
Franciso Loidi Isasti o Patxi llegó al cielo y sin escala, dejando ejemplo y legado de amor y solidaridad al mundo.