Mientras Joe Biden, proclama victoria presidencial, Trump no acepta su derrota
A sus 78 años, Biden se convierte en el presidente electo de más edad de la historia de Estados Unidos.
(EN NEWS) El candidato demócrata ha conseguido finalmente conquistar Pensilvania, sumando más de los 270 votos electorales necesarios para ganar las elecciones.
El demócrata Joe Biden ha ganado las elecciones frente a Donald Trump tras hacerse con el estado de Pensilvania y se convierte así en el 46º presidente-electo de Estados Unidos, según el conteo de la agencia estadounidense Associated Press.
“América, para mí es un honor que me hayáis elegido para liderar nuestro gran país”, ha tuiteado Biden minutos después de que se anunciara el resultado final, que supera con creces los 270 votos electorales necesarios para la mayoría.
“El trabajo que tenemos por delante será duro, pero os prometo una cosa: seré el presidente de todos los estadounidenses, me hayáis votado o no. Mantendré la fe que habéis puesto en mí”.
Pese a que su victoria en el estado del Midwest pone fin a una espera de más de 72 horas interminables, este será el primer capítulo de una larga contienda política y legal.
De momento, Donald Trump se resiste a ser el primer presidente que pierde una reelección en tres décadas y se ha negado a conceder la derrota, prometiendo impugnar los resultados en los tribunales.
“¡He ganado por mucho!”, tuiteó este mismo sábado por la mañana desde la Casa Blanca. Horas después, cuando se conoció el resultado final en Pensilvania, el equipo de Trump lanzó un comunicado acusando a Biden de declararse vencedor de forma prematura.
“Todos sabemos por qué Biden se está apresurando para proclamarse ganador falsamente y por qué sus aliados en los medios están intentando ayudarle: no quieren que la verdad salga a la luz. Lo cierto es que estas elecciones están muy lejos de haberse acabado”, explica la Casa Blanca.
La victoria demócrata en Arizona da un balón de oxígeno a las opciones de Biden.
Todavía falta anunciarse el ganador en Carolina del Norte, Georgia y Alaska, pero los 20 votos electorales de Pensilvania son suficientes para superar los 270 votos necesarios y conseguir así las llaves de la Casa Blanca a Biden.
Pocos minutos después de anunciarse la victoria demócrata en Pensilvania, también se confirmó la de Nevada (6 votos electorales). Tras sumar los ‘swing states’ de Wisconsin y Michigan y sorprender en Arizona, históricamente republicano, en un escrutinio especialmente apretado, el equipo demócrata necesitaba reconquistar Pensilvania o Georgia, o mantener Nevada para vencer a Trump.
Finalmente, el conteo de votos en Pensilvania, que durante 72 horas favoreció a Trump, fue revirtiendo lentamente su tendencia según iban entrando los votos por correo.
“Con la campaña ya terminada, es momento de poner el enfado y la dura retórica en el pasado y unirnos como nación”, ha afirmado Biden en sus primeras declaraciones tras anunciarse el resultado que le aseguraba la victoria.
La mayor participación en 100 años
La pandemia y la alta participación registrada en estas elecciones, la más elevada en 120 años (las estimaciones aseguran que rondará el 66%) han retrasado el anuncio de los resultados en muchas regiones.
Durante más de tres días, más de media docena de estados como Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte, Arizona o Nevada han estado al filo de la navaja. Esa incertidumbre política ha conducido al país al borde de la histeria colectiva, especialmente por las declaraciones de su propio presidente, quien ha denunciado en repetidas ocasiones un “enorme fraude” electoral.
La madrugada del martes al miércoles, Donald Trump afirmó ser vencedor de las elecciones y aseguró -sin pruebas- que los demócratas estaban tratando de “robárselas”.
Ese mismo discurso lo ha repetido día tras día ante los medios y en su cuenta de Twitter. Su campaña ya ha presentado demandas por el escrutinio de los votos en Wisconsin, Michigan, Pensilvania y Georgia, pero también en Nevada y Carolina del Norte. Su estrategia es clara: desafiar los resultados y deslegitimar las papeletas emitidas por correo.
El país se prepara ahora para una oleada de litigios legales que podrán enfangar los últimos meses de este 2020 antes de que Biden pueda ser investido.
El laberinto hacia la presidencia de EEUU presagia una lucha feroz en los juzgados.
Pero no solo la participación ha sido histórica. Con la elección de Biden como próximo presidente de EEUU, su compañera de ticket Kamala Harris se convierte en la primera mujer (y además de color) en llegar a la vicepresidencia de EEUU.
El problema de Donald Trump
La gran pregunta que todo el mundo en Estados Unidos se hace ahora mismo es: ¿Qué va a hacer Donald Trump? Por un lado, parece poco probable que el presidente de EEUU se retracte de sus palabras y se resigne a aceptar la derrota.
Por otro, la victoria de Biden en Arizona, Pensilvania, Wisconsin y Michigan, estados que en 2016 se tiñeron de rojo, complica los planes del actual presidente de vencer en los tribunales.
A la espera de que se termine de anunciar los resultados de los estados que quedan pendientes, cuanto más lejos del empate (269), más difícil es para los conservadores poner en duda el resultado. No es lo mismo vencer por una diferencia de apenas seis votos electorales que hacerlo por 70, la misma distancia que le sacó el magnate a Hillary Clinton en 2016.
En ese sentido, el movimiento del ‘establishment’ republicano cobra especial relevancia tras el anuncio oficial de la victoria de Biden. En los tres días posteriores a las elecciones, varios líderes conservadores han rechazado hacer seguidismo de las declaraciones conspiranoicas de Trump.
El todopoderoso Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, contradijo a Trump y dijo que el país necesitaba esperar para conocer los resultados finales de las elecciones.