Prestar interés al sector es vital para el crecimiento y fortalecimiento educativo, personal, profesional, sanitario y todo lo que es inherente al ser humano.
(EN NEWS) —La mayorÃa de eventos culturales cancelados, instituciones cerradas, colectivos y programas comunitarios culturales suspendidos, artistas en situación económica en precariedad, el creciente descuido de la memoria ancestral de lo pueblos originarios y la decadencia en el sector del turismo cultural es el efecto desgarrador del Covid-19.
Su efecto se hace sentir en todo el mundo, impactando lo social, económico y polÃtico, y el derecho fundamental a la cultura no es la excepción, pues ha afectado los derechos sociales de artistas, asà como el derecho a la expresividad y diversidad cultural. Todo esto constituye una amenaza latente de aumentar las desigualdades y hacer mas vulnerables a las comunidades.
En América Central, el sector artÃstico y cultural en general es de los más afectados por las medidas sanitarias que han debido implementar los gobiernos. Se ha procedido en los inicios de la pandemia al cierre de museos, teatros, bibliotecas, mercados de arte, parques y atracciones turÃsticas, y definitivamente a aminorar el tránsito de personas, indudablemente la vida cultural ha recibido un inmedible golpe.
A pesar de que poco a poco se ha ido restableciendo el orden y apertura de algunas instituciones, no se puede decir que todo está igual que antes de la crisis sanitaria, estamos lamentablemente aún muy lejos de ello.
No se trata de pensar de forma negativa respecto a la situación, al contrario, debemos ser innovadores, dinámicos, positivos con respecto a lo que podemos lograr, ser sabios y buscar la mejor manera de adaptación a estos cambios culturales a los que nos vemos frente a frente.
Sabemos que hay cambios inevitables, por lo que, comenzando desde los gobiernos hasta el artista propiamente, habrá que tomar responsabilidad de lo que corresponda a cada uno.
Parece utópico pensar que deberÃa haber una concordancia entre lo que los artistas de nuestros paÃses necesitan para salvar su arte en medio de la crisis y lo que los gobiernos pueden hacer por la cultura en general, donde el arte es un pilar que ha sido debilitado, sin embargo, el camino por recorrer es largo y debe trabajarse arduamente en ambos lados.
A lo largo de esta odisea encontramos a muchos trabajadores culturales y artistas que han perdido sus fuentes de ingreso, el desafÃo financiero para todos los ha llevado a tener que dedicarse a otras actividades para encontrar una manera viable para sobrevivir, el arte pasa de ser su principal actividad económica a un plano secundario.
Sin embargo, aun asÃ, el sector artÃstico se niega a sucumbir. Encontramos a muchos aún con dificultades tratando de hacer actividades desde el plano virtual, y semi presencial, acatando las medidas generalizadas para la nueva manera de convivencia social y de salud pública.
Se espera que de la mano a las acciones de los artistas vayan también una serie de medidas gubernamentales efectivas para sobrellevar la crisis económica del sector cultural.
Según datos de la UNESCO, algunos paÃses han realizado estudios para poder medir los efectos de la pandemia en este sector cuyos resultados son realmente alarmantes. Existe increÃble alza de los Ãndices de pobreza extrema, lo cual los pone en una situación de especial vulnerabilidad.
De acuerdo con este estudio, las principales preocupaciones económicas de las personas trabajadores del sector cultural y artÃstico son las siguientes: pérdida de ingresos derivada de cancelaciones, incapacidad para cumplir con obligaciones con servicios públicos o estatales, pérdida de empleo y la imposibilidad de cumplir con pagos de deuda y créditos.
En consecuencia, esta información deberÃa ayudar a los gobiernos y encargados de formular polÃticas a trazar lineamientos más claros y de aplicación general desde el que trabaja en la informalidad hasta el que maneja una marca o pequeña empresa de arte.
El resultado ha demostrado que la actual crisis tiene repercusiones en todos los individuos donde la mayorÃa son emergentes con ingresos relativamente bajos e inestables.
A pesar de todo esto, muchos trabajadores creativos de todos los paÃses de la región continúan trabajando proactivamente en actividades en lÃnea para transmitir su creación en forma digital y comunicarse con el resto de la sociedad.
Algunos gobiernos también tratan de ayudar desde el plano normativo, buscando soluciones para un mejor acceso a la cultura y la información pública y proporcionan (o planean hacerlo) la extensión de ayudas sociales para los artistas y los trabajadores informales del sector cultural.
Una de las cuestiones que garantizarán el cumplimiento de dichas medidas es la fuerza de la voz de los artistas y profesionales del sector que actúen en conjunto y se proyecten hacia las autoridades y entes locales, nacionales e internacionales como una parte fundamental y participativa en el desarrollo social de estos paÃses.
Sólo asÃ, podrán ver resultados positivos para el sector a corto plazo, pues de actuar de manera individualista no llevará a obtener la atención básica que podrÃa incluir la apertura de oportunidades para el apoyo de los grupos de profesionales de las artes y la cultura que se han visto afectados por la crisis, procurando que estas personas y sus familias tengan los medios para lograr el acceso a alimentos, medicinas y a servicios básicos como agua, luz eléctrica, aseo y servicios de internet.
Prestar interés al sector es vital para el crecimiento y fortalecimiento educativo, personal, profesional, sanitario y todo lo que es inherente al ser humano, de no ser asà un cataclismo cultural amenaza con dejar a la deriva todo el esfuerzo de muchos que han trabajado para posicionarse en el mundo del arte.